No cabe duda de que la Ciudad de México es una gran capital cultural, donde la oferta de actividades artísticas y culturales es riquísima y muy variada. En cuanto a artes escénicas respecta, no es la excepción. Según el portal web del Sistema de Información Cultural (SIC) del Gobierno de México, en todo el país hay un total de 723 teatros, de los cuales 163 están concentrados en la ciudad de México; en segundo lugar el Estado de México con 30 teatros; y en tercer lugar con 29 teatros, en los estados de Puebla, Veracruz y Jalisco.
Resulta que la programación de artes escénicas de la capital es constante, hay actividades de lunes a domingos, los 365 días del año. Su oferta es tan grande y amplia que hay desde los accesos gratuitos hasta costos de boletaje muy diversos, es decir, para todos los bolsillos.
Según datos del SIC la mayor cantidad de flujo teatral se encuentra en la Alcaldía Cuauhtémoc con 67 espacios teatrales, le sigue Coyoacán con 31, Miguel Hidalgo con 19 y Benito Juárez con 18. Entre los teatros existentes están los recintos institucionales, subsidiados por el estado que dependen del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), como lo son el majestuoso teatro de Bellas Artes y los teatros que se encuentran en el Centro Cultural del Bosque; los del Centro Cultural Helénico; los que dependen del circuito de Teatros de la CDMX, como el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el Foro A Poco No, el Benito Juárez, el Sergio Magaña, etc.; los que dependen de la Universidad Nacional Autónoma de México como Teatro Santa Catarina, teatro Juan Ruiz de Alarcón, Foro Sor Juana, etc. Están también los teatros y foros del circuito comercial, los teatros independientes y emergentes, que reciben subsidios de capital privado. La gran mayoría de estos teatros resultan ser verdaderamente una buena alternativa para albergar la altísima demanda de las creaciones artística. Muchos han surgido de la tremenda necesidad que demanda la producción escénica. Algunos gozan de alto prestigio en cuanto a su tradición teatral y otros se han ganado la predilección de sus públicos por su curaduría contemporánea y de alta calidad artística.
Lo que refleja perfectamente que nos encontramos ante una capital que contiene bastante producción teatral y en donde hasta fuera de los recintos teatrales también hallamos artista dotando de teatralidad a los espacios no teatrales o transformando a la misma calle como un escenario.
De modo que no sólo es la gran cantidad de producciones que hay, sino la calidad. Verdaderamente nos sitiamos en un México que es semillero de grandes artistas. Sin embargo, estamos ante una gran paradoja, que hasta este momento no había mencionado, porque resulta trágico, casi como tragedia de teatro griego, que no corresponde a la pasión de los míticos personajes que dan la vida por lograr su objetivo. Y es el meollo del poquísimo consumo teatral, a tanta oferta nos tropezamos contra la poca demanda.
Desde hace varios años se ha identificado el fenómeno de la tendencia a la baja del público teatral en nuestro país, se han venido haciendo estudios que cuestionan los factores que hacen que la sociedad tenga la posibilidad de un fácil acceso a los teatros y por lo tanto a su consumo. Y hay muchos aspectos identificables a atenderse, desde las políticas públicas culturales, hasta la preocupación de hacia quiénes, qué públicos, van dirigidos los discursos de los productos teatrales .
El teatro es una práctica de consumo cultural y como tal se tiene que defender, tanto su desarrollo creativo, como el derecho de todos los mexicanos a su libre acceso. Se tiene que seguir trabajando en conjunto para que deje de ser considerado como un producto exclusivo de las élites y consolidar una auténtica Capital Cultural.
En virtud de lo anterior es preciso señalar que hacen una gran labor los espacios teatrales independientes que forman parte del flujo teatral de nuestro país. La gran mayoría de obras que pasaron por los circuitos de teatros subsidiados, antes o después son presentadas en estos espacios, dado que las temporadas teatrales buscan consolidarse y cada vez cuentan con menor número de funciones.
Existe la creencia social que es muy caro ir al teatro, pero si te acercas a la cartelera puedes encontrar propuestas muy buenas y a bajo costo; además que el INBAL tiene activos los programas de descuentos a estudiantes, maestros, adultos mayores o el increíble Jueves de $30 pesos, viernes en bici $45, y si ya te gustó mucho el teatro, sacar tu credencial de Gente de teatro para asistir con frecuencia y que no sea una merma hacia tu economía.
Los invito a tener una aventura teatral y también acercarse a bellos espacios donde sin duda encontrarás interesantes propuestas, como lo son: Teatro El milagro, La Capilla, Centro Cultural El Hormiguero, Teatro Milán, La Teatrería, Foro 37, Teatro Varsovia, Foro La Nabe, Foro El Cubo, Teatro Lúcido, Foro Bellescene, Un Teatro, Foro Shakespeare, entre muchos otros.
Puedes checar Cartelera de Teatro que contiene la inmensa mayoría de la oferta teatral y seguro que alguna de las más de 200 obras normalmente visibles allí, atrapará tu atención.
Concluyo mi intervención insistiendo en encaminar los esfuerzos por estimular la cultura de consumir arte y cultura, de volvernos un país al son de la transformación, consumidor de productos culturales que son la esencia de sociedades conscientes, pensantes, exigentes y críticas con sus productos de consumo. Coadyuvar esfuerzos a la creación de públicos, que son resultado de su mismo consumo, enfocado hacia un verdadero cambio de paradigmas.
En este mismo sentido habrá que continuar con las estrategias de descentralización del arte y la cultura, expandiéndose en todos los rincones, para que el arte nunca más esté alejado de su pueblo.
@anaenelespacio