Por Ilich Paz Radillo
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6 min Cada primero de diciembre el mundo conmemora el Día Mundial del Sida, fecha que es una oportunidad para concienciar, educar y mejorar la comprensión del VIH como un problema de salud pública mundial pero también, para apoyar a quienes conviven con él y recordar a quienes han muerto por enfermedades relacionadas con este virus.
El VIH-Sida ha estado ligado a prejuicios e ideas equivocadas que alimentan la discriminación. Uno de los prejuicios más frecuentes que han acompañado esta estigmatización a lo largo de cuatro décadas es que se trata de un padecimiento exclusivo de los hombres que tienen sexo con hombres.
Clínicamente, las principales vías de transmisión son relaciones sexuales sin protección, o compartir agujas, jeringas u otros implementos para la inyección; transfusiones sanguíneas y de la madre al hijo al momento del parto. Lo cual, demuestra que las prácticas discriminatorias como las que prevalecieron a principios de la década de los ochenta, cuando la gente tenía miedo de infectarse por el simple hecho de convivir o estar cerca de alguien que lo padeciera, no tenía fundamento y más bien caminaban en la ruta del odio.
En la actualidad, más de 38 millones de personas a nivel mundial viven con la infección por el virus de inmunodeficiencia humana o VIH. Según información de la Dirección Atención Integral, CENSIDA, al 1º de septiembre de este año en México hay 122,508 personas que están recibiendo tratamiento retroviral, de ellos, 25,904 son mujeres y 96,604 son hombres, lo que equivalente a cuatro hombres por una mujer a nivel nacional. Asimismo, según datos del INEGI, en 2021 se registraron 4 mil 662 muertes relacionadas con el VIH, 83.6% eran hombres y 16.4% mujeres.
Con el paso de los años, el Día Mundial del Sida se convirtió en una de las efemérides más reconocidas en materia de salud. En este 2022, el lema es “igualdad ya”, un llamado para que como sociedad y en lo personal abordemos las desigualdades que frenan el progreso para ponerle fin a dicha pandemia.
Tarea que es urgente más que nunca porque el VIH no discrimina, los que seguimos discriminando somos la sociedad y seguimos estigmatizando, cuando todos convivimos con el VIH en algún sentido, por lo que prevenirlo es responsabilidad colectiva.
El teatro es un arte que resiste ante los tiempos voraces de la digitalización y que se vuelve más significativo ante la inercia enajenante de los tiempos sombríos que vivimos.
En cuanto se dio a conocer la tragedia ocurrida en un rancho en Teuchitlán, Jalisco, comenzaron a surgir una serie de distorsiones, reinterpretaciones y, en general, una promoción maliciosa del hecho.
Por mucho que quieran equipararlos, el caso de Teuchitlán no se asimila a Ayotzinapa, pues el segundo fue un crimen de Estado y en Jalisco, todo indica que es un modus operandi del CJNG.
En un mundo en donde las potencias económicas buscan imponer su voluntad a través de la diplomacia coercitiva, México reafirma su soberanía con firmeza y determinación.