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  • 23 Jul 2022
  • 10:07
  • SPR Informa 6 min

Más allá de transformar: Transfiguración en el arte

Más allá de transformar: Transfiguración en el arte

Por Ana María Aparicio

Es muy posible que la primera referencia que tengamos de transfiguración haga alusión a algunos pasajes religiosos, de hecho, la Real Academia de la lengua Española (RAE) define la palabra con la primera acepción Religiosa como: “Estado glorioso en que Jesucristo se mostró entre Moisés y Elías en el monte Tabor, ante la presencia de sus discípulos Pedro, Juan y Santiago.” También hemos podido escuchar el término en la literatura, pero sobre todo en la filosofía y el arte.

La misma RAE define transfigurar como: “Hacer cambiar de figura o aspecto a alguien o algo”. Con esta definición simple podríamos, por ejemplo, utilizar sinónimos como transformar, tornar o cambiar. Y si nos adentramos un poco más al ámbito de la estética encontramos a autores como Vladimir Soloviov (1853-1900) que en sus Escritos de Estética: La transfiguración de la belleza, utiliza el concepto dentro de una acepción religiosa, propia de la corriente idealista en que las nociones de arte estaban inscritas, concediendo a la valoración de la belleza como algo antagónico a la fealdad y adjudicado siempre a lo divino, lo elevado, sublime, supremo y espiritual.i

Por supuesto estas nociones de transfiguración suman para entender y amalgamar las nociones actuales, pero particularmente a la que aquí es de interés señalar, desde un materialismo que respecta a la estética marxistaii. A través de la cual podemos entender la belleza de esta palabra al servicio del artista. Y que, puesta en verbo, es el mismo artista quien lo acciona para realizar su trabajo propiamente artístico.

Para entenderlo, recordemos a Adolfo Sánchez Vázquez en su libro Las ideas estéticas de Marx, donde nos habla a propósito del realismo y otras corrientes vanguardistas que lo secundan, de las formas (figurativas) dentro del realismo diciendo que no son solo figuración, sino transfiguración. Definiendo aquí, que “transfigurar es poner la figura en estado humano.”iii Lo cual no refiere únicamente a una literalidad (figurativa) sino a que en el arte se despliega una ración de humanidad, es decir, la obra artística particular contiene una porción singular del humano que la realiza. El artista en un proceso de transfiguración despliega su humanidad en el objeto artístico (a esto Marx le llama objetivación), dotando de humanidad al objeto creado por él, a través del cual se crea una nueva realidad (la obra de arte). Aprovechamos también para hacer el énfasis de que cuando se habla de subjetividad en el arte, significa que el artista “despliega toda la potencia de su ser” (subjetivo) y de esta forma hallamos que “lo subjetivo se vuelve objetivo” (objeto), pudiéndose tratar de una pintura, una fotografía, una novela, una obra teatral, dancística o musical, por dar algunos ejemplos, en los que “el sujeto se expresa, exterioriza y reconoce a sí mismo”iv, por tanto, cada obra de arte conforma una nueva realidad, que es también singular.

Por consiguiente, cuando hablamos de arte, hablamos de objetos humanizados que nacen del impulso esencial de objetivarse en el despliegue pleno de su humanidad. Hablamos de transfiguración, que significa transformación de algo, e implica un cambio de forma de modo tal que revela su verdadera naturaleza. Es justamente la transfiguración de la realidad, la que hace que el arte nos acerque a la misma.

De ahí que, resulte sumamente enriquecedor hablar de transfiguración para poner de manifiesto a una noción que va más allá de cualquier -ismo (corriente artística) o ideología, al tiempo que deja ver la entraña de lo que es la estética marxista. Haciéndose notar su dimensión esencial, en la apuesta por el hombre creador y en su necesidad de humanización. En consecuencia, nos dice Sánchez Vázquez que no puede haber “arte por el arte”, sino arte por y para el hombre. Es en la nueva realidad que construye el artista que se deja inevitablemente constancia de la presencia del humano como ser creador: “El arte no sólo expresa o refleja al hombre, lo hace presente.”v

Entendemos finalmente, que las obras artísticas son creaciones a través de las cuales nos permiten vislumbrar y empatizar con nuevas realidades, como resultado de su transfiguración, que más allá de sí mismas, se hace tangible reconocer el potencial humano con el que cabe imaginar la posibilidad que tenemos todos y cada uno, para incidir en la transformación de la realidad que anhelamos.