El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó las críticas de sus adversarios respecto a la puesta en marcha de la primera etapa de la refinería Olmeca-Dos Bocas, (inaugurada este 1 de julio) y recordó que durante gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) el gobierno federal prometió la construcción de una refinería, compró los terrenos, construyó una barda y posteriormente suspendió la obra.
La obra referida por el presidente, se trata de la Refinería Bicentenario, que fue anunciada por el entonces mandatario Felipe Calderón Hinojosa el 18 de marzo del 2008, en el marco de la celebración del 70 aniversario de la Expropiación Petrolera y nombrada así por los festejos por los 200 años de la Independencia de México.
El objetivo entonces fue “fortalecer a Pemex”, disminuir la “dependencia de energéticos del exterior”, así como “modernizar el Sistema Nacional de Refinación”.
Para su construcción el gobierno federal lanzó una convocatoria para que todos los estados presentaran propuestas sobre la edificación de la refinería. El debate sobre la localización de la nueva infraestructura se alargó por un año. Los principales lugares para la edificación eran: Tuxpan, en Veracruz; Tula, en Hidalgo; y Salamanca, en Guanajuato.
Finalmente, en 2009, Pemex definió que “el mejor lugar para construir la nueva refinería era en Tula de Allende, en el estado de Hidalgo (entonces gobernado por el actual senador Miguel Ángel Osorio Chong), por la razón de que la zona estaba cerca de las regiones de consumo petrolífero.
De acuerdo al proyecto anunciado por la petrolera estatal la nueva refinería procesaría 250 mil barriles diarios de petróleo crudo tipo maya y produciría 163 mil barriles de gasolina y 117 mil barriles diarios de diesel. Además contaría con 17 plantas de proceso principales, más espacio para los servicios auxiliares complementarios, tanques de almacenamiento, infraestructura e integración necesaria.
En ese año, el entonces director de Petróleos Mexicanos, Jesús Reyes Heroles, hizo el anuncio de la puesta en marcha de la Refinería.
En su momento Felipe Calderón aseguró que “sabía” que se trataba de una “decisión que implica montos significativos e históricos de inversión y que era del mayor interés nacional”.
De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), desde el 2011, hasta el 2015, el gobierno federal erogó recursos por mil 388 millones 597mil 400 pesos, para las primeras obras relacionadas con la construcción de la refinería y que consistieron en la colocación de una barda perimetral, la reubicación de tres canales de riego, así como de líneas de transmisión eléctrica.
Sin embargo, en el punto de acuerdo del Senado de la República (LXII Legislatura) se señala que tan sólo la construcción de la barda perimetral y el acondicionamiento del mismo (retiro de basureros, reubicación de canales y líneas de transmisión de la Comisión Federal de Electricidad, CFE) tuvo un costo total de 6mil 39 millones 503mil 645 pesos.
Con base en estimaciones de este documento, en total el Gobierno Federal de Felipe Calderón habría invertido 5mil 329millones 262mil 469 pesos en la Refinería Bicentenario.
La obra también se tradujo en endeudamiento para el estado de Hidalgo.
En 2009, como parte de las condiciones para que a Refinería Bicentenario se construyera la entidad, el gobierno de Miguel Ángel Osorio Chong se comprometió a adquirir los terrenos, para posteriormente donarlos a Pemex. Para ello, en ese mismo 2009 se hizo de un predio de “700-13-34.152” hectáreas, ubicado entre los municipios de Atitalaquia, Tlaxcoapan y Tula de Allende.
El terreno fue donado a Pemex Refinación. A cambio, la administración del ahora senador adquirió una deuda por mil 500 millones de pesos, más intereses.
A pesar de las inversiones iniciales, en 2014 el gobierno federal suspendió la construcción de la Refinería Bicentenario por “considerar más conveniente para el país la modernización de las refinerías ya existentes”.
Pemex, por su parte, inició gestiones ahora con el gobierno del priista Francisco Olvera Ruiz, para conservar el inmueble como parte de su patrimonio. Para ello, la paraestatal se comprometió a cubrir el adeudo bancario que tenía el gobierno del estado hasta el momento (equivalente a mil 450 millones de pesos) y a pagar 613millones 311mil pesos, por concepto de capital e intereses. Estos compromisos se formalizaron mediante un convenio modificatorio con Pemex Refinación.
La deuda se saldaría mediante 130 pagos mensuales, con fecha de conclusión al 17 de enero de 2027.
Inicialmente la ASF detectó que la operación fue irregular, pues incumplía los entonces Lineamientos Generales para la Administración de los Bienes Inmuebles de Pemex, que señalaba que la paraestatal únicamente podría recibir bienes inmuebles en donación, mientras no representara cargas financieras.
La ASF además aseguró que Pemex no justificó ni acreditó documentalmente la necesidad de conservar el terreno, toda vez que la construcción de la nueva refinería se suspendió.
La zona además era considerada como arqueológica, según el dictamen del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Sin embargo, la ASF finalmente concluyó que, en términos generales, Pemex Mexicanos cumplió con las disposiciones legales y normativas aplicables.
El 3 de febrero pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que iniciaría comunicación con el gobierno de Hidalgo para construir un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con el objetivo de darle utilidad al terreno.