La idea de "El todo es más que la suma de sus partes" es un axioma que trasciende disciplinas y se aplica en diversos contextos, pero esencialmente es un principio o noción utilizado en la filosofía y teoría de sistemas y se refiere a la idea de que el conjunto o el sistema en su totalidad tiene características y propiedades únicas que no pueden ser capturadas simplemente sumando las propiedades de sus componentes individuales.
Más concretamente nos dice que cuando se suman los elementos individuales de un conjunto, el resultado final puede no reflejar la complejidad de interacciones y relaciones dentro del sistema en su totalidad. No obstante Esta idea se observa en diversas disciplinas, desde las matemáticas, hasta la ecología, la política y el arte; donde la complejidad y las interacciones dentro de un sistema dan lugar a características únicas que trascienden la simple suma de sus componentes.
Imagina un ecosistema acuático, como un lago. Si sumamos el número de peces, plantas acuáticas y microorganismos presentes en él, podemos obtener un número total. Sin embargo, este número no refleja la complejidad de cómo estos organismos interactúan entre sí y con su ambiente. Por ejemplo, el crecimiento y la supervivencia de las plantas acuáticas dependen de la interacción con los nutrientes que proporcionan los microorganismos, mientras que los peces pueden depender de las plantas acuáticas para su alimentación y refugio. El todo (en este caso el ecosistema) es más que la mera suma de sus partes, ya que incluye un tejido complejo de interdependencias y relaciones que dan forma y determinan el equilibrio del ecosistema.
De igual manera, si analizamos una economía como si fuera un conjunto de productos y servicios, y tratamos de sumarlos simplemente en términos de su valor monetario, podríamos perder de vista aspectos importantes de este “todo”; como la distribución de riqueza, la inversión en sectores estratégicos y la creación de empleos. En este caso, el todo incluye factores sociales y políticos que afectan su funcionamiento y que no se pueden captar solamente sumando sus partes.
En una sociedad, la suma de individuos y grupos no refleja el comportamiento y las dinámicas emergentes que surgen de su interacción. Por ejemplo, el comportamiento colectivo de una multitud puede resultar en un efecto distinto al que podría predecir simplemente sumando las intenciones y acciones individuales. Los fenómenos sociales, como la creación de tendencias y movimientos, son más complejos y no se pueden entender solo sumando las acciones de los individuos.
Misma situación se presenta al analizar una obra de arte, sumando los colores, formas y técnicas utilizados, no se refleja completamente el significado y la interpretación que puede tener para diferentes personas. El todo (la obra de arte) incluye aspectos subjetivos y emocionales que no se pueden captar únicamente sumando sus partes. Por ejemplo, un cuadro abstracto puede transmitir un mensaje profundo y único que no se puede entender solo a partir de sus colores y formas individuales, ya que el contexto y la perspectiva del observador juegan un papel fundamental en su interpretación.
De manera similar, existen varias referencias a este principio en la literatura, por ejemplo en 'Frankenstein' de Mary Shelley, Victor Frankenstein trata de ensamblar partes humanas para crear un ser, pero el resultado final no tiene la esencia y el sentido verdadero de humanidad o de un verdadero ser humano.
Aquí, la obra destaca que el todo que implica lo ‘humano’ es más complejo y significativo que la mera suma de sus partes físicas como el cuerpo, los órganos, la actividad eléctrica, etc. El todo del monstruo también se vuelve algo más que la suma de sus partes, revelando cómo la creación resultante, aunque con ciertas características de humanidad, evoca sensaciones de horror y malestar moral, así como una experiencia estética negativa. Este ejemplo refuerza la noción de que el todo, en lo humano, tiene propiedades emergentes y cualidades propias que no se pueden entender simplemente a partir de las partes.
De igual manera, esta idea también es aplicable a la política. Si analizamos el sistema político mexicano sumando simplemente los elementos individuales como los partidos políticos, los candidatos, las instituciones y las leyes, no capturamos la complejidad de las interacciones y las relaciones que configuran la realidad política del país. Por ejemplo, la interacción entre el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, junto con la influencia de los medios de comunicación y la opinión pública, crea una dinámica que va más allá de la simple suma de sus componentes. La gobernabilidad y la estabilidad política emergen de estas interacciones complejas y no pueden ser comprendidas plenamente al analizar cada elemento de manera aislada.
En el contexto electoral, considerar solo los votos individuales no revela la complejidad de factores que influyen en los resultados. Las alianzas entre partidos, el impacto de la corrupción, el papel de las redes sociales, el ánimo social y las estrategias de campaña forman un entramado casi infinito de factores que terminan por determinan los resultados finales.
Asimismo, la implementación de políticas públicas no se puede evaluar únicamente sumando el presupuesto y el número de beneficiarios. La coordinación entre diferentes niveles de gobierno, la participación de la sociedad civil, y la adaptabilidad a las necesidades locales son esenciales para el éxito de las políticas. Así, el sistema político mexicano, en su totalidad, tiene propiedades emergentes que no se pueden captar únicamente sumando sus componentes de manera aislada como lo hacen muchos pseudoanalistas, ya que la complejidad en estos niveles requiere un enfoque integral para ser comprendida.
Este enfoque holístico es esencial para evitar simplificaciones y análisis superficiales en la política mexicana, ya que solo así podemos abordar y transmitir las problemáticas de manera seria y formular opiniones fundamentadas que reflejen la complejidad del sistema político. Entender que el todo es más que la suma de sus partes nos permite diseñar soluciones más efectivas y realistas, reconociendo la interdependencia y las dinámicas emergentes que definen el todo del país y la realidad en general.