¿Qué tanto gozamos y ejercemos nuestro derecho a la ciudad? Por abstracta que parezca esta interrogante, pues ya lo anticipa David Harvey en su libro Ciudades Rebeldes, que entre más neoliberal se vuelve una ciudad, más abstracto y menos reconocible resulta entender este derecho. (Retomo el hilio de una pasada columna que escribí “Cultura y territorio”) Reconozcamos la relación que tenemos y vivimos con nuestro espacio público. Para hablar de ello interesa poner sobre la mesa este derecho colectivo que es el derecho que todas y todos tenemos a la vida urbana. Y en particular dejar muy clara la función cultural, educativa, política y por supuesto colectiva, que contiene en su esencia el arte en el espacio público. Para ello, resulta muy pertinente hablar de artistas que actualmente están en pie de lucha y que han sido emblemáticos en la historia cultural de nuestra ciudad.
¿Quién no vio y se deleitó alguna vez con los aclamados ‘mimos de Coyoacán’? ¿O quién no ha reído y se ha regocijado con alguno de los ‘Artistas a Cielo Abierto’ de las plazas del centro de Coyoacán? Se trata principalmente de artistas profesionales y con amplia trayectoria, reconocidos internacionalmente por la valía de su arte, que se han vuelto parte de la cultura Coyoacanense, desde hace más de 30 años. Uno de ellos es el entrañable clown Moisés Miranda, que ya con un camino artístico recorrido llega a la plaza Centenario de Coyoacán como consecuencia de la catástrofe del terremoto de 1985, hace 37 años, para con su arte iluminar los corazones consecuentemente ensombrecidos por aquel acontecimiento y desde entonces decide quedarse. Otro es el extraordinario e icónico mimo Ramón Solano que ha sido además maestro de muchas generaciones de artistas y que viene cautivando al público con su técnica y destreza desde hace aproximadamente cuarenta años, volviéndose un atractivo de la tradición callejera en la emblemática plaza del centro de Coyoacán. Otro de los integrantes de Artistas a Cielo Abierto es Diego Ovando, sensible músico que junto con su banda de jazz hacen una estancia sumamente disfrutable y que lleva más de 17 años presentándose allí. O el elocuente clown Pedro Miranda, importante impulsor de la asociación en resistencia de ‘Artistas a Cielo Abierto’. Entre otros mimos, cuentacuentos, payasos, caricaturistas, titiriteros, músicos y demás creadores, están: Briela Martínez, Mauricio Bieletto, Eduardo Montes, Leonel Casas, Javier Domínguez, César Orozco, Erick López, Miguel Ángel Mouriño (El Miguelón), Ana Cristina Faustino, Montserrat Díaz, Diego Vargas, Erick Reyes, Karla Guzmán, por mencionar algunos, que han hecho de esta plaza un espacio de júbilo y audaz entretenimiento para los citadinos y visitantes. Son ellos los que, con su trabajo y dedicación, satisfacen una necesidad social y educativa, que invita a la gente a habitar su territorio en el convivio y la recreación.
Es vergonzoso, que sean los políticos de la entidad, los únicos que no valoran, no conocen, ni defienden la historia, arte y cultura que da riqueza a su demarcación. Y por el contrario habla de un tremendo desprecio, clasismo, racismo e ignorancia a la tradición cultural que hace a la alcaldía Coyoacán, uno de los territorios más visitados, representativos y referenciales de nuestro país.
Resulta que, desde inicios del presente año, seguido de la toma de posesión del actual Alcalde de Coyoacán, Giovani Gutiérrez Aguilar, los ‘Artistas a Cielo Abierto’ no han dejado de ser hostigados por las autoridades que encabeza el referido. Desde el mes de abril quisieron despojarlos del espacio donde se han presentado, fines de semana y días festivos, durante casi cuatro décadas, contribuyendo al folklor característico que han sido las plazas del centro de Coyoacán, así como al derecho que todas y todos tienen al arte y la cultura, en escenarios (que son los espacios públicos) de libre tránsito, asociación y manifestación. En el mes de mayo realizaron una protesta artística y pacífica en la fuente de Los Coyotes, para hacerle ver a las nuevas autoridades que la comunidad los respalda, que no son delincuentes (como los han querido hacer sentir con sus tácticas represoras e intimidatorias), que son artistas, los artistas que allí se han consolidado laboralmente, ganándose la empatía de la gente en estos escenarios de libre acceso. Sin embrago, la alcaldía se ha mostrado terca, sin importarle el respaldo ciudadano que los cobija, incluso personajes de la cultura que viven dentro de la alcaldía, como la escritora Elena Poniatowska, han manifestado también su apoyo a los artistas callejeros de Coyoacán. Con arrogancia, estas autoridades exhiben su nulo interés por salvaguardar los derechos ciudadanos y culturales que se juegan en la demarcación. Sin ninguna respuesta positiva, a la fecha los Artistas a Cielo Abierto continúan en resistencia, sin poder laborar libremente, bajo amenaza de despojo y en constante persecución del personal de la alcaldía.
¿Cuáles serán sus verdaderos intereses privativos del espacio público? A los políticos se les olvida que gobernar no significa tomar decisiones a voluntad propia, hacer del espacio púbico un negocio, y de los bienes comunes un saqueo. Los titulares de una alcaldía que se maneja con códigos de gobernanza que imposibilitan la apropiación de un espacio que pertenece al pueblo - no a sus gobernantes- y se mira a todas luces que se favorecen de beneficiar a empresas privadas e inmobiliarias voraces, pisoteando los derechos ciudadanos y haciendo de esta ciudad una mera mercancía, son indignos de su cargo.
Más allá de la preocupante falta de sensibilidad, gran ignorancia y nivel cultural que expresan estos titulares de la alcaldía Coyoacán, que sirva también para que tomen nota otros alcaldeses de la promovida “Capital Cultural” de la que forman parte todas las alcaldías de esta Ciudad de México. Como la tan exhibida también Alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, que con su afán de “blanquear” la demarcación, acabó con los tradicionales rótulos de todos los establecimientos del espacio público, los hermosos murales del mercado Juárez y como si de un capricho se tratase, continua atentando contra el patrimonio cultural, ahora eliminando sin previo aviso los murales, que contienen más de 120 años de historia, en el representativo mercado 2 de Abril (ubicado atrás de Teatro Blanquita). Sumándose a la lista de grandes atropellos a los derechos culturales de la ciudadanía.
Actualmente los Artistas a Cielo Abierto de Coyoacán continúan recolectando firmas y presentando su arte como forma de protesta, sin pasar la gorra o pedir cooperación monetaria debido a las amenazas. Si andas por allí en fin de semana, puedes mostrar tu solidaridad y visitarlos.
El espacio público, es del pueblo. No conviene olvidarlo. En el momento en el que se esté construyendo una ciudad juntos, donde se hagan tangibles los sueños y libres deseos, donde la imaginación juegue a libertad, querrá decir que se está ejerciendo verdaderamente ese derecho colectivo de hacer en conjunto la ciudad que se quiere. Para ello el arte es y será el motor fundamental. El arte en la calle hace de ese territorio un lugar simbólico de libertad, al tiempo que contrarresta la violencia, reorientando sus valores primordiales de comunidad, cultura y recreación.