El pasado 15 de septiembre se registró un nuevo intento de asesinato en contra del candidato republicano por la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, en las inmediaciones del Trump International Golf Course West Palm Beach, propiedad del magnate, ubicado en Florida, Estados Unidos.
Este incidente se produjo apenas dos meses después del atentado llevado a cabo contra el empresario en un evento de campaña en Pensilvania, en el que se identificó a Thomas Mathew Crook, un joven de 20 años de Bethel Park, como el autor del atentado.
Las autoridades de West Palm Beach señalaron que el intento de ataque en Palm Beach se llevó a cabo por medio de detonaciones a la distancia desde la sección circundante del campo de Golf. Mientras Trump se encontraba jugando, uno de los agentes del Servicio Secreto que lo acompañaban notó que detrás de los arbustos tras la valla de seguridad del campo se asomó el cañón de un arma, por lo que abrió fuego.
Ello dio avisó a los elementos del FBI, que acudieron inmediatamente a las inmediaciones de la zona. De este modo, las fuerzas armadas pudieron recuperar un rifle AK-47 con una mira telescópica y una cámara GoPro.
Rick Bradshaw, comisario del condado, aseguró que Trump se encontraba a salvo y que el presunto agresor fue localizado en un vehículo interceptado que huía del área y se dirigía al condado de Martin, por lo que fue arrestado inmediatamente por agentes del Servicio Secreto estadounidense. Asimismo, informaron que el presunto responsable fue identificado como Ryan Wesley Routh, un trabajador de 58 años que cuenta con historial de uso de armas en Carolina del Norte.
La vicepresidenta y candidata demócrata de ese país, Kamala Harris, compartió en sus redes sociales su declaración oficial, en la que condenó el atentado y señaló que reprueba la violencia política: “Todos debemos hacer nuestra parte para asegurar que este incidente no conduzca a más violencia”.
El presidente de EUA, Joe Biden, informó que se inició la investigación correspondiente para esclarecer el incidente y destacó el trabajo del Servicio Secreto y su esfuerzo por hacer cumplir la ley. También garantizó que los elementos continuarían recibiendo todos los “recursos, capacidades y medidas de protección necesarias para asegurar la seguridad continua del expresidente”.
Por su parte, el magnate agradeció al Servicio Secreto, al Sheriff Bradshaw y a “su oficina de patriotas valientes y dedicados” por el trabajo realizado para mantenerlo a salvo este 16 de septiembre: “El trabajo realizado fue absolutamente excepcional” publicó en su perfil de la plataforma ‘X’.
Además, culpó a Joe Biden y Kamala Harris del atentado pues considera que “la retórica y las mentiras hechas por Kamala Harris, diseñadas para inflingir daño al oponente político de Joe, han llevado la política de nuestro país a un nivel completamente nuevo de odio, abuso y desconfianza. Debido a esta retórica de la izquierda comunista, las balas están volando, ¡y solo empeorarán!”
El FBI se encuentra a cargo de la investigación y, en conjunto con la Fiscalía de los Estados Unidos para el Distrito del Sur de Florida y la Sección Antiterrorista de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia se dará seguimiento a la denuncia penal.