Salud y Esperanza: Las lecciones de Salvador Allende para el México de hoy

El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas de Chile ejecutaron un golpe de Estado en el Palacio de la Moneda, derrocando al presidente Salvador Allende y al gobierno de la Unidad Popular.

Recientemente, durante su visita a Chile, el presidente López Obrador conmemoró este trágico suceso y en nombre de México, reconoció el legado de Allende.

Lo que quizá es ampliamente desconocido es que Salvador Allende, antes de ser presidente, fue un destacado médico salubrista. Graduado de la Universidad de Chile en 1933, presentó una tesis titulada "Higiene mental y delincuencia", donde analizó las causas de la criminalidad con base en los avances científicos de su tiempo.

En las calles de Santiago, el joven Allende soñaba con un país en donde la salud fuese un derecho garantizado para todos. Además de convertirse en el primer presidente socialista de Chile, fue también un símbolo de esperanza para quienes vemos a la salud como un derecho universal y no como un privilegio.

Tras graduarse, Allende trabajó en diversos puestos médicos relacionados con la asistencia pública y la anatomía patológica, derivado de estas experiencias afirmó: "Con estas manos he hecho mil quinientas autopsias. Conozco el valor de la vida y las causas de la muerte". En 1939, asumió el Ministerio de Salud con una vocación de justicia social, dejando un legado plasmado en su obra “La Realidad Médico Social Chilena”.

Los planteamientos doctrinales de Allende y del Programa de Salud de la Unidad Popular defendían la salud como un derecho ciudadano y el deber del Estado en proporcionarlo, un proceso dinámico relacionado con vivienda, salarios, cultura y educación y no sólo como la curación de la enfermedad y la participación de la comunidad organizada en los problemas de salud pública del país.

Con la mitad de la población chilena en pobreza, el Dr. Allende entendió y vivió de primera mano las carencias sociales que incidían directamente en la salud de los más pobres y particularmente de los niños, por lo que de manera solemne cuando asumió la Presidencia estableció un compromiso: “en mi Gobierno, el único privilegiado será el niño chileno”.

Hoy en día la salud en México es un mosaico de historias, relatos similares al país de Allende. Historias de madres que sufren para vacunar a sus hijos, de personal de salud que trabaja incansablemente bajo condiciones laborales poco favorecedoras, de jóvenes que sueñan con un futuro más saludable.

También es una historia de desigualdades, de hospitales abarrotados y de pacientes que, a veces, se sienten perdidos en un sistema que parece olvidarlos.

El Sistema de Salud en México libra una batalla diaria por garantizar que cada mexicano tenga acceso a una atención médica de calidad y en eso está ocupada la actual administración, se han dado pasos importantes, pero aún falta mucho camino por recorrer.

Salvador Allende, con su pasión y determinación, nos enseñó que la salud es más que medicamentos y tratamientos; es dignidad, es esperanza, es el reflejo de la sociedad que construimos. Su visión, aunque nacida en las montañas de Chile, tiene ecos en el corazón de México. Nos recuerda que la salud no debe ser un lujo para unos pocos, sino un derecho para todos.

En medio de los desafíos también hay esperanza. Una esperanza que nace de las lecciones de figuras como Allende, que nos instan a soñar con un México donde la salud sea un puente hacia un futuro más brillante.

En las palabras de Allende: "La historia es nuestra y la hacen los pueblos". Así que, mientras miramos hacia el futuro de la salud en México, recordemos que somos nosotros, el pueblo de México, quienes tenemos el poder de escribir el próximo capítulo de esta historia. Una historia de salud, esperanza y unidad.

Dr. Juan Manuel Lira, Médico especialista y ex titular de la Unidad de Atención Médica del IMSS