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  • 23 Jan 2024
  • 17:01
  • SPR Informa 6 min

Primavera cero

Primavera cero

Por Sheila Guadalupe Cadena Nieto

Estamos cansados de lo mismo”, “Ya no queremos más a los mismos”, “Regresan solo en época electoral”, “ahora que quieren el voto hasta nos abrazan y besan pero cuando tenían poder, ni se acordaban de nosotros”. Estos son los reclamos de la gente cuando se trata de opinar sobre política y sus formas tradicionales de ejercer el poder. 

“Ya queremos caras nuevas”, “Qué bueno ver gente joven”, “no se vayan a malear porque ya el pueblo no perdona como antes”, “Deberían darle la oportunidad a las personas jóvenes siempre son los mismos y parece que no hay otros”, “miren hasta dónde ha llegado Andrés Manuel, comenzó joven y nunca se rajó”. Estas son las consignas del pueblo cuando tiene esperanza que existiendo relevo generacional,  las cosas cambien en su comunidad, sabedores de que aquellos que durante décadas se han dedicado a traicionar no cambiarán su conducta solamente por haber cambiado de partido, por lo que se requiere impulsar a esa militancia que está construyendo desde muy joven un espacio de lucha que represente el sentir de las mayorías.

¿Pero cuál ha sido la fórmula del Presidente? Sin duda alguna es aquella formación de la conciencia social que surge desde el amor al pueblo, desde principios e ideales bien cimentados, esgrimiendo pasiones y razones, cultivando la disciplina, siendo perseverante y congruente, pero lo más importante, no ser un vulgar político que ansia el poder por el poder. Por ello, sabe la necesidad de involucrar a las y los jóvenes, pero también la urgencia de formarlas. Lo comprenden tan bien, que no solo se queda en un deseo;  permite, promueve y respeta la participación activa de las juventudes en la toma de decisiones y en los espacios de representación. 

La lejanía de muchas y muchos jóvenes en política se debe al desencanto generalizado de la sociedad hacia quienes tradicionalmente se han dedicado a ella, la ven igual a como se platica en sus casas: “Solo te traen cargando papeles, cajas, te asoleas, los ayudas y nunca más te vuelven a hablar”. Participar para algunas y algunos, es sinónimo de repartir exclusivamente volantes, ser chaperones y claro está, solo les importa tu voto para quienes usan de bandera del empoderamiento juvenil de manera ventajosa.

Luego sucede la tragedia de tener talento como decía José Vasconelos, porque en México te perdonan todo, menos tenerlo. En la política tradicional, no perdonan tu carisma, tu frescura ni tu juventud; ahora eres una amenaza. Es como si quisieras hacer rapel con los pies sujetados entre todos los que quieren detenerte para que no llegues a la cima. La vida de las juventudes en política, es de lucha constante. Luchas contra el juveneo, el adultrocentrismo, la envidia y la vanidad. Pocos son los políticos que se alegran de ver llegar a las nuevas generaciones, que buscan formarnos, que saben que no somos competencia, sino somos el codo a codo de la experiencia y la continuidad de la transformación.

Mantenerte en territorio, caminar casa por casa, escuchar al pueblo, combinar teoría y praxis, significa abrir consciencias. Constantemente saludo familias en diversas colonias y comunidades de Tabasco. Les aseguro que la gente, no quiere más de lo mismo; lo primero que te dicen cuando confían otra vez en abrirte las puertas de su casa a alguien haciendo o intentando hacer política, significan una lluvia de reclamos. Todo esto porque seguimos reciclando políticos tradicionales y no permitimos el paso a las nuevas generaciones. En ocasiones, lo único que exige la ciudadanía es no volver a verle la cara a aquellos que ya les fallaron y que molesta más, tener que verlos otra vez cuando se acercan las épocas electorales, por ello es que las visitas domiciliares se convierten en esta lluvia de reclamos que comentaba con anterioridad. Ya no es quien te la hizo sino quien te la paga y por desgracia somos nosotros, las juventudes, quienes pagamos muchas veces los platos rotos por aquellos que tuvieron la gran oportunidad de transformar para bien la vida de las personas y solo la aprovecharon para beneficios personales y de unos cuantos.

En Tabasco, hay muchos políticos de ocasión, solo aparecen cuando se acercan los tiempos electorales. No dudo que esté pasando en tu estado también. Los partidos políticos se esmeraron en formar robots, no revolucionarios, no una militancia transformadora, eso solo lo brinda tener principios bien cimentados, vivir congruentes y salir a las calles a abrir consciencias. Las y los jóvenes debemos salir a buscar a más jóvenes.   Luego también están los políticos que no se han esforzado por involucrarse en un proceso de formación política. ¿Quiénes salen perjudicados  cuando no hay formación? 

Para responder esto tenemos el ejemplo reciente de Argentina, donde en nombre de la Libertad se atenta hoy en contra los derechos de todo el pueblo; desde la lógica del neoliberalismo más rancio que ya todos conocemos pero agregando elementos discursivos novedosos se ofrece una solución que es a todas luces un suicidio colectivo, en donde no solo los más pobres serán quienes sufran estos estragos, pero sí las peores consecuencias . Como si de un producto milagro se tratara, Javier Milei fue vendido como la cura para una enfermedad a la que paradójicamente se llegó a través de las recetas que estos mismos charlatanes de la derecha han utilizado para embargar el futuro de generaciones y generaciones de argentinos en su ímpetu de acumular más riqueza para las mismas élites nacionales y extranjeras que ocasionaron la desastrosa crisis que se vive en la actualidad. Como dicen por ahí “el pueblo es el que paga”.

El ascenso de las ultraderechas es latente y se vuelve a una amenaza real contra la democracia, ya que se utiliza la desinformación y los discursos de odio para apelar a los miedos y fobias más sensibles de una sociedad lastimada para los estragos de un sistema económico desigual que pondera el enfoque individual por encima del colectivo, confrontando a la gente con sus iguales y recargando la responsabilidad de la catástrofe a los más vulnerables.

Ante tal situación, es de carácter urgente la politización del debate, la formación de cuadros políticos juveniles que representen de manera genuina a la revolución pacífica que encabezamos, ceñidos a los principios irrenunciables de honestidad, justicia y dignidad por los que históricamente se ha luchado. El pueblo de México debe consolidar la transformación del país para seguir avanzando en materia de bienestar, desarrollo y democracia, pero sin perder de vista que la única forma de garantizar la continuidad del proyecto del humanismo mexicano seguirá siendo a través de la cercanía con la gente. No perder el vinculo popular que mantiene fresco y vigorizante la propuesta política de nuestro movimiento.

Es por la izquierda y sin zigzaguear, dejando a un lado el pragmatismo y el oportunismo, la corrupción y el autoritarismo. La izquierda no puede ni debe caer jamás en los vicios añejos del pasado, ya que el hacerlo pierde su esencia alternativa de cambio, abriéndole el paso a las corrientes autoritarias que se valen del bombardeo mediático y del analfabetismo político para conquistar de nuevo el poder volviendo con más hostilidad que nunca a punta de macanazos y decretos para instaurar su visión depredadora de la realidad.

Como bien dijo el filósofo italiano Antonio Gramsci, a quien hace pocos días recordamos en razón del aniversario de su llegada el mundo en 1891:

“Instrúyanse, porque necesitaremos de toda su inteligencia.

Agítense porque necesitaremos de todo su entusiasmo.

Organícense, porque necesitaremos de toda su fuerza.”