Los 3 legados de López Obrador a un año de su retiro

El primero de octubre del 2024 estaría retirándose de la presidencia el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, dejando la vara muy alta como titular del ejecutivo federal y líder social; pues no es un mandatario cualquiera, es decir, no hablamos de Fox, del espurio de Calderón o el invento televisivo de Peña Nieto; hablamos del líder político más importante en los últimos años en el mundo y de las últimas décadas en nuestro país.

A mi parecer, Andrés Manuel ha dejado tres legados importantes tras su paso como dirigente social, que se pueden resumir en tres puntos:

El legado Ideológico, pues llegó a transformar el paradigma del ejercicio del poder, dejando atrás aquella frase de Carlos Hank González que decía “político pobre, pobre político”; “el que no tranza no avanza”, introduciendo nuevos principios como son “por el bien de todas y todos, primero los pobres”; “solo el poder tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás”; “no mentir, no robar y no traicionar; volviéndose estas máximas y principios rectores en toda aquella persona que busque el ejercicio del poder desde la trinchera obradorista. 

Igualmente, introdujo en el imaginario colectivo que el cambio de régimen se puede dar de forma pacífica a través de la revolución de las conciencias, siendo este principal combustible en la politización de las y los mexicanos. Nos legó que el humanismo mexicano es una nueva visión, una nueva filosofía de cómo se puede ser feliz sirviendo a los demás; y con ello volviéndose palpable la máxima de Publio Terencio: “nada humano me es ajeno”.

El segundo legado es el del partido Morena, pues López Obrador construyó junto con otros dirigentes el instrumento social más potente en las últimas décadas y se materializó en un movimiento político y social llamado Morena, pues este movimiento si bien es un partido político, trasciende porque es un movimiento popular de carácter político-social; pues Morena abraza todas las luchas sociales y arremete contra cualquier tipo de injusticia, se construye desde las calles y con la gente; esto es importante porque quiere decir que deja atrás las élites y cúpulas de carácter económico y social; es decir, cualquier mexicano que quiera ser protagonista de un cambio verdadero puede incursionar de forma activa en la vida de este gran movimiento; pues se apuesta a que nadie se quede atrás y que nadie se quede afuera. Cualquier mexicano sin importar su apellido, capacidad económica puede llegar a ocupar un cargo popular, pues en el movimiento, se apuesta por el trabajo territorial y la construcción de mano de las bases sociales. Se deja atrás la designación de cargos por cuotas y cuates.

Y finalmente, y no por eso menos importante, su legado como Presidente de la República, enfocado al bienestar social; pues dejará a las y los mexicanos la mayor inversión en infraestructura como son el Tren Maya, el tren del Istmo de Tehuantepec y Tren el Insurgente; un aeropuerto nuevo como es el AIFA, la refinería de Dos Bocas; representando la mayor inversión en el sur del país, logrando potencializar la conexión del sur, sureste con el centro y norte del país. Igualmente llevó a rango constitucional los programas sociales, siendo una gran victoria de carácter social. Mejoró considerablemente los salarios, teniendo aumento por encima del 20% – aumento histórico – , se puso en el centro de las políticas públicas a los jóvenes, personas mayores y a nuestros campesinos. Por otro lado, se han tenido ahorros millonarios en combate a la corrupción, se ha mitigado la comisión de delitos del orden federal, ha disminuido el feminicidio entre otros avances en materia de seguridad: todo esto pese a las murallas que han construido medios privados de comunicación, el poder judicial y órganos constitucionales autónomos.

En un año, tendremos a la primera presidenta de México, quien tendrá que darle continuidad al proyecto que ya inició el presidente López Obrador. La nueva presidenta de México, ¿continuará con las conferencias matutinas? ¿Se tendrá la tan anhelada reforma constitucional en materia de poder judicial? Las expectativas son igual o más a las que hubieron con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues su relevo tendrá que continuar y consolidar la Cuarta Transformación, hacer evidente la continuidad con cambio.