Los Juegos Olímpicos 2024 han dado inicio, para la inauguración que tuvo lugar el viernes pasado, vimos a la ciudad del amor convertida en un corredor de arte viva, música, baile y calles llenas de colores adornaron el paso de atletas de todo el mundo que llegaron para dar lo mejor de sí mismos en competencias de diversas disciplinas.
El recorrido se desarrolló bajo el famoso lema francés de liberté, egalité, fraternité (libertad, igualdad, fraternidad), para después ir agregando otros calificativos a esta fiesta deportiva, pero hubo un momento que capturó mi atención en especial, cuando agregaron a este famoso lema la palabra sororité (sororidad).
Y es que este año, por primera vez, la delegación mexicana que participa en los Juegos Olímpicos de París, tiene más atletas mujeres que atletas hombres. De un total de 107 atletas mexicanos, 62 son mujeres y 45 hombres.
Las mujeres participaron por primera vez en las olimpiadas en el año de 1900, juegos que también se desarrollaron en la capital de Francia. En aquella época, la participación femenina fue de un 2.2%. Este año, los Juegos Olímpicos por primera vez tienen paridad de participación entre hombres y mujeres. De acuerdo con el Comité Olímpico Internacional, de un total de 10,500 atletas que acuden a representar a sus países, 5,250 son hombres y 5,250 son mujeres.
También habrá paridad en las competencias, ya que durante la justa deportiva de este verano 152 serán eventos femeninos, 157 eventos masculinos y 20 serán mixtos, así que la mitad de las competencias también tendrán participación femenina.
El tema de la paridad fue mencionado por las autoridades que presidieron la inauguración de la fiesta olímpica, señalando como un gran logro el que 124 años después de su primera participación, las mujeres ahora puedan representar a sus países en igual medida que los hombres.
Volviendo al momento que atrapó mi atención, cuando en la pantalla se mostró la palabra sororidad, en el gran desfile parisino comenzaron a brotar estatuas doradas para adornar el Río Sena, pero estas tenían todas algo en común: todas eran estatuas de mujeres históricas.
Fueron en total 10 estatuas las que se revelaron en este momento: Olympe de Gouge (autora de la Declaración Universal de los Derechos de la Mujer), Giséle Halimi (abogada feminista), Simone de Beauvoir (filosofa y escritora feminista), Jeanne Barret (rimera mujer en completar un viaje de circunnavegación), Alice Milliat (deportista que lucho por la inclusión de las mujeres en los Juegos Olímpicos), Louise Michel (poeta, escritora y activista política), Christine de Pizan (primera escritora profesional de Europa), Simone Veil (política defensora de los derechos reproductivos), Alice Guy (primera directora en realizar una película de ficción), y Paulette Nardal (primera mujer afrodescendiente en estudiar en la Sorbona).
La realidad es que, si bien París es una ciudad llena de monumentos, la mayoría de las estatuas hacen alusión a hombres, por lo que la incorporación de estas ilustres mujeres a la galería pública parisina es un gran homenaje a la historia de la lucha por el derecho a la igualdad.
La participación de las mujeres en todos los rubros importa, la paridad es necesaria para la construcción de una sociedad más igualitaria y la representación femenina en el mundo del deporte es un mensaje fuerte para todas las generaciones, pero sobre todo para niñas que también sueñan con vivir la oportunidad de representar a su país.
Al momento en el que termino de escribir esta columna, la primera medalla para la delegación mexicana es obtenida por el equipo femenil de tiro con arco: Alejandra Valencia, Ana Vázquez y Ángela Ruiz. Ganadoras de la medalla de bronce, mujeres poniendo en alto el nombre de nuestro país, las olímpicas.