Por Rodrigo Galindo .
https://www.sprinforma.mx/noticia/la-vision-politica-hispana-y-anglosajona-en-el-siglo-xxi
6 min En 1783 Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, conocido como el Conde de Aranda envío al Rey Carlos III de España un Dictamen sobre la independencia de las trece colonias inglesas en América. En dicho documento, expresa su preocupación por la naciente república norteamericana que él mismo dice: “ha nacido pigmea, … pero conforme vaya consolidando su constitución será gigante”.
Al conde de Aranda le preocupaba que la expansión de la joven nación norteamericana afectara los intereses de España en América, amenazando los confines del norte de la Nueva España y el comercio en el caribe. Que, fue exactamente lo que sucedió. Pues a él le había tocado negociar con John Jay la frontera de los territorios españoles con Estados Unidos y había notado lo complicado de la diplomacia americana y lo mucho que querían el control del río Misisipi. Asimismo se había reunido con Benjamín Franklin para ser mediador en la paz entre el recién creado país y Gran Bretaña.
Franklin había advertido que la Corona Española y sus dominios en américa serían un fuerte contrapeso político en el continente.
Ante esto, el Plan del Conde de Aranda fue otorgar la independencia a los virreinatos de Nueva España, Perú y Tierra firme (Colombia, Venezuela , Guyana) y que funcionaran como una especie de commnowealth inglesa manteniendo lazos comerciales, políticos y de defensa para contrarrestar la influencia norteamericana.
Sin embargo no sucedió así y la profecía del Conde se hizo realidad, España perdió sus dominios y la expansión norteamericana fue inevitable. Contrastada esta idea contra la Doctrina Monroe de que “Los continentes americanos, por la condición de libres e independientes que han asumido y mantienen, no deben ser considerados en adelante sujetos de futura colonización por ninguna potencia europea”. Así durante los siglos XIX y XX Estados Unidos apoyó a los gobiernos liberales bajo esta misma lógica.
Hoy en día la visión anglosajona y el hispanismo heredado en América parecen estar cada vez más reconciliados en especial en torno al conservadurismo. Pues gracias a los apoyos de los norteamericanos, los gobiernos liberales habían expulsado las ideas conservadoras en el siglo XIX y XX.
Esta vuelta al conservadurismo se ha dejado ver en la conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), organizada por la Unión Conservadora Estadounidense, en donde aparecieron figuras representantes del conservadurismo hispano como Nayuib Bukele o Santiago Abascal. En el discurso de Santiago Abascal le copio la frase a Donald Trump aplicándolo a España “hacer a España grande de nuevo”, algo que no ha sido intrínseco al conservadurismo hispano sino una copia del norteamericano. Y aunque pareciera que hay puntos en común entre ambos conservadurismos lo cierto es que las visiones políticas continúan siendo tan diferentes como lo eran en la época del conde de Aranda y Benjamín Franklin. Solo el tiempo dirá que tanto estas posturas son conciliables.
El marketing político que hoy vivimos en las campañas políticas en todo el país, podemos observar que la percepción política que arrojan las encuestas involucran diferentes factores.
¡Qué escándalo con doña Amparo! ¿No era ella quien abanderaba la asociación más ética y transparente del país?
Hoy el INAI se erige como una autoridad que encubre los actos de corrupción como es el caso de María Amparo Casar, presidenta de Mexicanos contra la Corrupción.
Xóchitl Gálvez se hundiera en la contienda electoral, lo único que tuvo que hacer fue hablar y actuar conforme a su propio juicio, donde el daño a su campaña ha sido, en gran medida, autoinfligido.