El punto sin retorno

“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar” 
- Franz Kafka

En días pasados, la gobernadora de Campeche Layda Sansores dio a conocer en el “Martes del jaguar”, supuestas conversaciones que a través de whats app mantuvieron el coordinador de Morena y presidente de la Jucopo en el senado, Ricardo Monreal y el defenestrado aún presidente del PRI nacional, Alejandro Moreno. 

En las citadas conversaciones se presenta un lenguaje de complicidad en el que, entre otros temas, comentan la necesidad de que se disuelva la alianza en la elección a gobernador del estado de Zacatecas, así como que el candidato del PRI sea hombre. Lo anterior para favorecer al hermano del senador Monreal, actual gobernador de Zacatecas, David Monreal Ávila; quien tendría un proceso electoral sencillo con una alianza de facto con el PRI.

De igual forma hubo intercambio de mensajes respecto a los procedimientos judiciales que enfrenta el presidente nacional del PRI, el cual, en la conversación, implora a Ricardo Monreal interceda por él. Incluso se hace referencia al diálogo establecido por el Senador Monreal con una fiscal, donde habría tratado el tema de Alejandro Moreno; en reciprocidad a la complicidad que han mantenido. 

De lo anterior Ricardo Monreal tuvo una respuesta contundente: Layda Sansores habría desatado el inicio de un proceso sin retorno. Aludiendo al diáfano rompimiento que eventualmente consumará Ricardo Monreal Ávila con el Movimiento de Regeneración Nacional. Mismo rompimiento que ha sido alimentado desde hace varios meses, sino años, por el propio coordinador de los senadores de morena. Anticipa Ricardo Monreal que la consumación de su salida en el no retorno, pone en riesgo la ratificación del triunfo de morena en el venidero 2024. 

Monreal atribuye el actuar de la gobernadora de Campeche con base a una hipotética persecución política, motivada por el crecimiento que según el senador ha tenido en las encuestas, de cara al proceso electoral presidencial del año 2024. Afirma que los ataques son promovidos y permitidos desde las oficinas de los propios aspirantes presidenciales. Aludiendo un contubernio entre la jefa de gobierno de la Ciudad de México y los secretarios de gobernación y relaciones exteriores, para frenar el “crecimiento” que ha tenido entre la ciudadanía la idea de que Ricardo Monreal suceda a Andrés Manuel López Obrador. 

En una entrevista realizada para Milenio, Ricardo Monreal expresa ante Pedro Gamboa que sistemáticamente se le ha señalado como traidor, que ese ha sido el argumento del linchamiento que sufre y que no es justo le denominen traidor por ser independiente y libre. Incluso enumera da manera combinada entre nostalgia y cinismo los atributos que dice tener, contrarios a la traición. 

Con afán de caracterizar los transcribiré asemejando la prosa de Pablo Neruda en el poema “Los Enemigos”, en el que después de cada sentencia, cierra el verso con la frase: pido castigo.

Por crecer en las encuestas, soy traidor.

Por tener autonomía, soy traidor. 

Por tener criterio propio, soy traidor. 

Por profundizar en la democracia, soy traidor. 

Por no ser incondicional al fanatismo, soy traidor. 

Leer lo anterior desde la concepción Monrrealista parece surreal. Monreal es un claro traidor, no sólo al presidente López Obrador, sino, al pueblo de México. Ha ocupado su posición de poder para hacer acuerdos personalísimos con el endeble bloque de contención; jugando de manera perversa con los tiempos legislativos e impidiendo a conveniencia sean aprobadas las diversas reformas en beneficio de nuestra nación. 

Ricardo Monreal amenaza con que su salida pondría en riesgo el triunfo de morena en el año 2024. El pueblo no es tonto. Tonto aquel que piense que el pueblo es tonto. Ricardo Monreal, como todos los aspirantes a un cargo público en el año 2018, ganó por el efecto del liderazgo carismático de López Obrador. Es inverosímil pensar que la ciudadanía se decante por un traidor a la patria, que eso en esencia, es Ricardo Monreal. 

El Movimiento de Regeneración Nacional en su conjunto debería pedir perdón, en el esquema poético de Neruda.

Por postular a Ricardo Monreal Ávila y hacerlo senador, pido perdón.