El mito de ‘los arrepentidos’

Después de que la noche del primero de julio de 2018 se informara que el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador, había recibido más de 30 millones de votos y se convertía con eso en el presidente electo más votado en la historia, un grupo nada despreciable de intelectuales, comunicadores y políticos han dedicado cerca de un lustro a plantear un escenario de desencanto, decepción y arrepentimiento por el presidente y el proyecto de Transformación que encabeza.

Su hipótesis es que las contradicciones, errores y escándalos (que sí ha habido) de esta administración, así como el bombardeo de noticias falsas que imperan en medios de comunicación y redes sociales, las campañas de desprestigio que inundan el espacio digital, los artículos fatalistas en medios internacionales, los comunicados de la misma naturaleza del sector empresarial y financiero así como las decenas de artículos de opinión que anuncian semana a semana que, ahora sí, ‘el país está al borde del colapso’, han hecho que el respaldo hacia la Cuarta Transformación sea cada vez menor y que, incluso, se revierta casi en su totalidad. 

El ejemplo más reciente es el de José Antonio Crespo, quien plantea “dos segmentos clave” de electores que votaron por López Obrador en 2018: uno que lo hizo creyendo fielmente que “se terminaría la pobreza, la corrupción, la impunidad, la desigualdad, la violencia y tendríamos salud y educación como en Noruega”. Otro que “votó por él para castigar a los partidos tradicionales creyendo que ‘no podía haber algo peor’”. 

Y el resto del texto va por el mismo camino: señalar lo que consideran como “errores irremediables e imperdonables” de la Cuarta Transformación y la constante e infalible estrategia de tratar a quienes respaldan al gobierno como seres irracionales que – según ellos – ‘siguen ciegamente al presidente’, restándoles toda capacidad de análisis, de agencia y de paso ignorando el grado de politización que, como nunca, ha llegado a todos los sectores de la población.

Considero que valdría la pena que tanto Crespo, como quienes aún impulsan el mito de los arrepentidos, hicieran un ejercicio de reflexión y se preguntaran a quién le hablan cuando dicen que “todo está peor que nunca”, porque en el grueso de la población, en el pueblo, no hace eco. 

Basta con revisar la última encuesta publicada por Buendía y Márquez – misma que el propio Crespo descalificó – en la que el 84% de los encuestados dijeron no haber resultado perjudicados por el proyecto de gobierno del presidente López Obrador, por el contrario, el 58% dijo haberse beneficiado personalmente del mismo.

En ese mismo sentido, la aprobación presidencial en esta encuesta se ubica en el 65%, en esto coinciden la mayoría de las casas encuestadoras: entre el 65 y el 80% de los mexicanos aprueban el trabajo del presidente López Obrador.

Estos datos desmontan el mito de ‘los arrepentidos’ y evidencian que los intelectuales y comentaristas del viejo régimen han resultado incapaces de entender el sentimiento popular en torno al proyecto de Transformación. 

Como lo dijo la Doctora Violeta Vázquez Rojas, mientras ellos consideran que ‘el país está perdido’, nosotros por fin lo encontramos.