México recibió el galardón internacional Emisor Soberano, Supranacional y de Agencia (SSAR) del Año, otorgado por la publicación especializada International Financing Review (IFR), un reconocimiento que tuvo como eje central el manejo de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) y las estrategias implementadas para corregir su perfil financiero.
De acuerdo con IFR, uno de los desarrollos más relevantes de 2025 fue la emisión de Valores Pre-capitalizados (P-Caps) por 12 mil millones de dólares, una operación que marcó un punto de inflexión en los planes del gobierno mexicano para fortalecer la situación financiera de Pemex y mejorar la sostenibilidad de su deuda. Esta innovación fue clave para que México se consolidara como referente entre los emisores soberanos a nivel global.
El reconocimiento también consideró la ejecución temprana y audaz de operaciones en los mercados internacionales, así como la innovación estructural y los volúmenes récord alcanzados. Entre ellos destacan la mayor emisión de bonos tradicionales en la historia, realizada en enero por 8.5 mil millones de dólares en tres tramos y 2.4 mil millones de euros en dos tramos, así como la mayor transacción en euros de un emisor de mercados emergentes, por 5 mil millones de euros en tres partes, concretada en septiembre.
Para la Secretaría de Hacienda, el premio refleja la confianza de inversionistas nacionales e internacionales en México y en su estrategia para atender los retos financieros de empresas estratégicas como Pemex, al tiempo que se mantiene una gestión responsable del perfil de deuda pública y un acceso competitivo a los mercados globales de capitales.
Bajo el liderazgo del secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora, y de la subsecretaria María del Carmen Bonilla, México superó en 2025 a otros soberanos de mercados emergentes al captar cerca de 44 mil millones de dólares en los mercados internacionales de deuda, monto equivalente a alrededor de una cuarta parte de toda la región latinoamericana.
IFR subrayó que el año de financiamiento de México no solo acumuló hitos, sino que ofreció un modelo para otros emisores soberanos de mercados emergentes que buscan combinar innovación, escala y prudencia fiscal, con un enfoque particular en el fortalecimiento financiero de Pemex y la estabilidad de las finanzas públicas.