Tras darse a conocer la destitución del ministro de defensa de Israel el pasado 5 de noviembre, Yoav Gallant, quien presuntamente abogaba por acordar la liberación de los rehenes con Hamás antes de continuar la guerra, incrementaron las protestas en Tel Aviv en contra del primer ministro, Benjamin Netanyahu, luego de que los partidos políticos de oposición, e incluso los familiares de los rehenes, exigirían un fin al conflicto para priorizar la vida de los rehenes.
En un comunicado, Netanyahu informó que había “brechas significativas” con Gallant en la gestión de la campaña militar en Gaza, las cuales “fueron acompañadas de declaraciones y acciones que contradicen las decisiones del Gobierno y las decisiones del gabinete”. En su lugar nombró al entonces titular del Ministerio de Exteriores, Israel Katz. Momentos después, el propio Yoav Gallant denunció que fue cesado de su cargo por contradecir al primer ministro israelí en tres asuntos relacionados con la guerra.
Medios indican que esta decisión de Netanyahu evidencia una fractura en la política israelí y su sociedad, que pone a Netanyahu en el ojo del huracán tras expandir la guerra a otros países como en el Líbano, donde los bombardeos siguen siendo constantes. El primer ministro ha declarado en múltiples ocasiones que está enfocado en desmantelar a Hamás con el apoyo de Estados Unidos.