Elon Musk, dueño de Tesla y Space X, se ha convertido en un aliado estratégico del presidente Donald Trump, quien lidera una reducción general en el gasto federal y aboga por una desregulación de las agencias de control gubernamental. Paradójicamente, Musk fue uno de los empresarios más favorecidos por los gobiernos demócratas, cuyos subsidios y contratos le permitieron mantener a flote sus compañías previo a su despegue.
De acuerdo con una investigación de The Washington Post, Musk ha recibido cerca de 38 mil millones de dólares en apoyos gubernamentales mediante contratos, préstamos, subsidios y créditos fiscales, una cifra relevante para la estabilidad de sus empresas en momentos de incertidumbre y déficits.
El artículo detalla que desde 2008, poco después de convertirse en CEO de Tesla, Musk solicitó préstamos con tasas preferenciales al Departamento de Energía para impulsar su compañía. Desde entonces, ha sorteado crisis mediante multimillonarios contratos gubernamentales.
De acuerdo con el diario estadounidense, actualmente existen 52 contratos públicos activos con empresas de Musk por aproximadamente 11 mil 800 millones de dólares, otorgados a través de siete agencias gubernamentales, lo que consolidaría su crecimiento gracias a fondos federales.
Las principales beneficiadas han sido Tesla y SpaceX. La primera, enfocada en la producción de autos eléctricos, ha recibido 11 mil 400 millones de dólares en créditos de programas federales destinados a impulsar la industria. A esto se suman los 1.6 millones de dólares en créditos automotrices para consumidores en 2020, apoyo que ayudó a Tesla a obtener ganancias tras seis años consecutivos de pérdidas.
No obstante, la empresa más beneficiada ha sido SpaceX, que ha recibido aproximadamente 15 mil millones de dólares en contratos con la NASA. Desde su fundación en 2002, la compañía aeroespacial también ha asegurado contratos con el Departamento de Defensa, que a la fecha suman 7 mil 600 millones de dólares.
A pesar de su historial de dependencia de fondos públicos, desde que asumió la dirección del DOGE, Musk ha criticado el “mal uso” de los recursos federales y promovido recortes en personal, presupuesto y cancelación de contratos. De haberse aplicado esas mismas políticas hace 20 años, Musk difícilmente habría consolidado su imperio empresarial.