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  • hace 1 día
  • 11:12
  • SPR Informa 6 min

Dictan 20 años de prisión a esposo de Gisèle Pelicot por violación en serie durante una década

En Francia, Dominique Pelicot fue declarado culpable por violar repetidamente y reclutar a desconocidos para que abusarán sexualmente de su entonces esposa, Gisèle Pelicot, por más de una década. Los 51 acusados fueron señalados como culpables; a Dominique se le impuso la sentencia máxima de 20 años de prisión, mientras que los otros 50 acusados también fueron condenados, pero con penas menores a las recomendadas por el fiscal e incluso otros salieron libres por haber cumplido su condena de cuatro años o tener penas suspendidas.

Este 19 de diciembre, el tribunal de justicia en Aviñón declaró culpable de violación agravada al francés de 72 años, no solo de abusar de su entonces esposa, sino de hacer y distribuir imágenes de carácter sexual de su hija, Caroline, y de otras dos mujeres, esposas de sus hijos. Dominique tendrá 10 días para apelar la decisión, pero su abogada Beatrice Zavarro, declaró a los periodistas a la salida del tribunal que el equipo jurídico está considerando la posibilidad de presentar un recurso, aunque aún no han tomado una decisión.

Durante el juicio que duró más de tres meses, Dominique Pelicot confesó los crímenes y admitió haber utilizado una sala de chat para reclutar hombres que violaran a su esposa, lo que sucedió más de 200 veces por 70 hombres diferentes, que provienen de todos los sectores de la sociedad. Sus profesiones varían entre enfermero, periodista, un militar, gerente de hotel, maestro y guardia de prisión, con edades que van desde los 27 hasta los 74 años.

La policía solo logró identificar a 49 de los agresores, mientras que otros 21 continúan en el anonimato.

En total, 26 de los acusados irán directamente a prisión, tres de ellos lo harán de forma diferida por  problemas de salud y seis de los acusados saldrán libres este jueves, pues han cumplido la condena en prisión provisional. Entre ellos, Joseph C, el único al que se imputaba un cargo de agresión sexual con agravantes y no de violación, por no haber penetración.

Entre los acusados, destacan Lionel R, para quien pedían 14 años, pero solo fue condenado a 8 años de prisión; Charly A, que visitó 6 veces el domicilio de los Pelicot, pasará 13 años en prisión, frente a los 16 que pedían los fiscales. 

Otro de los oscuros descubrimientos de este juicio fue Jean-Pierre M, de 63 años, denominado como aprendiz de Dominique Pelicot y quien lo imitó drogando y violando a su propia esposa, Cilia M. Para Jean-Pierre, el tribunal impusó una pena de 12 años de cárcel, frente a los 17 demandados por la fiscalía.

Los fiscales pedían la pena más alta para Romain V, quien fue condenado a 15 años de prisión, de 18 años solicitados. Este hombre visitó 6 veces el domicilio de los Pelicot entre 2019 y 2020 y era seropositivo, aunque nunca se lo dijo a Dominique Pelicot.

Solo 14 de los acusados reconocieron lo que hicieron, pues pese a las pruebas contra ellos, tienen multiples excusas: argumentan que fueron manipulados, drogados o amenazados por Dominique Pelicot, otros aseguran que desconocían lo que hacían, pensaban que era un juego en pareja o incluso, que iban a mantener relaciones sexuales con el marido.

Las primeras agresiones se remontan a 2011, lo que duró cerca de una década, en la que ella no fue consciente de lo que sucedía.

 

Gisèle se enteró de lo que pasaba en 2020. Relató que cuando regresó de un viaje en septiembre, Dominique le contó llorando que lo habían encontrado filmando a una mujer debajo de su falda en el supermercado, a lo que ella aseguró que lo perdonó, pues en 50 años nunca se había comportado inapropiadamente. 

El 2 de noviembre de 2020, Dominique y Gisèle desayunaron juntos antes de ir a la estación de policía, donde él había sido citado por la agresión que realizó en el supermercado. En la estación, un policía le pidió a Gisèle que lo siguiera a otro cuarto donde le mostró uno de los videos. Ella quedó en shock y llamó a sus tres hijos para contarles lo que había pasado. Caroline, David y Florian, inmediatamente acompañaron a Mazan a desocupar la casa.

Cuando fue arrestado en el supermercado, la policía confiscó sus dos teléfonos y su computador portátil. Al revisar el contenido que almacenaba, encontraron una carpeta titulada “Abusos” donde había más de 20 mil videos y fotos de su esposa fuertemente sedada siendo violada por él y por muchos otros. 

Los videos estaban almacenados por fecha y pseudónimo e incluso, en algunos casos, incluía primeros planos de los agresores, lo que facilitó a la policía localizar a 49 hombres, que al menos en una ocasión acudieron al domicilio de los Pelicot. 

En el portátil de Dominique, también encontraron fotos de Caroline aparentemente drogada, aunque él niega haber abusado de su hija.

El director de la investigación, Jérémie Bosse Platière, confesó que ver esos videos fue perturbador, “en mis 33 años con la policía, jamás había visto cosa semejante”, dijo su colega Stéphane Gal. "Era sórdido, estremecedor".

Algunos de los hombres que no fueron identificados mencionaron en sus conversaciones con Dominique que ellos también drogaban a sus parejas. "Eso, para mí, es la parte más dolorosa de este caso", expresó Bosse Platière. "Saber que hay mujeres que podrían continuar siendo víctimas de sus esposos".

Durante el juicio, un abogado de la defensa le preguntó a la familia si no sospecharon nada por las pérdidas de memoria, el cansancio extremo, la caída de cabello…  “¿Cómo no se dio cuenta la familia de lo que estaba sucediendo?”, preguntaron. Pierre, el esposo de Caroline, la hija de los Pelicot, subió al estrado y dijo: "Usted se olvida de una cosa", respondió. “No puedes imaginarte lo inimaginable”.

Gisèle Pelicot, que renunció al anonimato para ayudar a otras víctimas de violencia sexual, fue aclamada a las puertas del tribunal de Aviñón, Francia. La condena emitida por el tribunal de Aviñón marca el final de un caso histórico en Francia. Desde el comienzo del proceso judicial, Gisèle Pelicot pidió un juicio público con el objetivo de “que la vergüenza cambie de bando”.