Después de un juicio de diez años, el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, Argentina, condenó a cadena perpetua a diez de los imputados por los crímenes de lesa humanidad relacionados con la operación de centros clandestinos de detención durante la Dictadura Militar Argentina (1976-1983), así como a las desapariciones de diez jóvenes en la llamada “noche de los lápices”.
Los condenados a cadena perpetua son el exministro de Gobierno, Jaime Lamont Smart, el médico policial Jorge Antonio Bergés, así como Federico Antonio Minicucci (jefe de Regimiento de Infantería Mecanizada 3 de La Tablada), Guillermo Alberto Domínguez Matheu (jefe de Actividades Psicológicas del departamento de Inteligencia 101 de La Plata), Carlos María Romero Pavón (jefe de Reunión Interior del Destacamento 101 de La Plata), Jorge Héctor Di Pasquale (jefe de la sección de Operaciones Especiales del departamento de Inteligencia 101 de La Plata), Roberto Armando Balmaceda (jefe de Contrainteligencia del cuerpo de Actividades Especiales del Destacamento 101 de La Plata), Juan Miguel Wolk, Carlos Gustavo Fontana, y el comisario Horacio Luis Castillo.
Además, Julio Condioti (integrante del destacamento 101 de Buenos Aires) fue sentenciado a 25 años de prisión, Enrique Barre fue absuelto y Miguel Etchecolatz falleció poca antes de ser condenado.
Los antes mencionados participaron en la operación de los centros clandestinos de detención llamados Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y Brigada de Lanúz al auspicio de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Y fueron acusados por privación ilegal de la libertad y torturas a 605 personas, incluídas 23 mujeres embarazadas, y por la sustracción, retención y ocultamiento de diez personas recién nacidas.
El caso se llevó a juicio en el 2012 por parte de las Abuelas de la Plaza de Mayo, nietos de recuperados de la Dictadura y Pablo Díaz, sobreviviente de “la noche de los lápices”.
¿Qué fue “la noche de los lápices”?
La llamada “noche de los lápices” sucedió el 16 de septiembre de 1976 y en los días sucesivos a esa fecha. Consistió en la privación de la libertad de jóvenes militantes de Unión de Estudiantes (UES) y la Juventud Guevarista en la ciudad de La Plata, Argentina, el secuestro lo realizaron miembros de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Patricia Miranda, Gustavo Calotti, Emilce Moler y Pablo Díaz fueron torturados en los centros clandestinos de detención en cuestión. Con excepción de Pablo, el resto de los entonces estudiantes continúan en calidad de desaparecidos.
Los hoy condenados tuvieron una participación ya sea en el secuestro, la tortura o la desaparición de las y los jóvenes en “la noche de los lápices”.
La Dictadura Militar Argentina, situada entre 1976 y 1983, formó parte de las Dictaduras de Seguridad Nacional que se desarrollaron en varios países sudamericanos como Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil. Y que a su vez se contextualizan en el periodo de la Guerra Fría global, donde una lucha ideológica entre “comunismo” y “capitalismo” llevó al poder a figuras autoritarias de origen militar para combatir al “enemigo interno”, que podía ser cualquier persona que no estuviera de acuerdo con el sistema político establecido.
En Argentina, como en otras Dictaduras de Seguridad Nacional latinoamericanas, los regímenes establecieron un sistema de vigilancia que operó mediante la desaparición forzada de personas que eran trasladadas a centros clandestinos de detención, donde fueron torturadas. En el caso particular argentino, las madres detenidas embarazadas fueron despojadas de sus recién nacidos, durante la reclusión ilegal. Pocas personas salieron de estos centros con vida y a la fecha continúan como desparecidas.