El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el mandatario de Colombia, Gustavo Petro, acudieron a la residencia del expresidente de Uruguay, José Mujica, para darle las máximas condecoraciones de sus respectivos países al histórico referente de la izquierda latinoamericana, previo al encuentro del Mercosur.
“Un hermano no se escoge, una madre tampoco, pero un compañero, sí. Él es el compañero que yo escogí [...] Puedo decirles que de todos los presidentes que conocí, con los que tuve amistad, Pepe Mujica es la persona más extraordinaria que he conocido”, señaló Lula da Silva después de otorgarle la Orden Nacional de Cruzeiro do Sul, la máxima distinción que existe en Brasil.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, le otorgó la Orden de Boyacá, máximo galardón que puede ofrecer el Estado colombiano a un extranjero, a José Mujica: “Ambos terminamos dejando armas porque entendimos que la paz era lo más importante y lo más revolucionario de una sociedad”, destacó Petro sobre la trayectoria compartida.
José Mujica fue presidente de Uruguay de 2010 a 2015 y adquirió relevancia a nivel global por su compromiso con un modo de vida austero –ilustrado en el uso de un Volkswagen–, el impulso de políticas públicas innovadoras, como la total legalización de la cannabis, así como medidas progresistas como la legalización del aborto, del matrimonio igualitario y el reconocimiento de Palestina como un estado soberano e independiente.
José Alberto Mujica Cordano nació en Montevideo en 1935 y desde muy joven empezó a participar en la política. En sus primeros años militó en el Partido Nacional, el cual abandonó en 1962 para crear un nuevo partido político llamado Unión Popular. Dos años después se integró al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, donde colaboró con operativos guerrilleros y conoció a su actual esposa, Lucía Topolansky.
En total, como parte de su actividad guerrillera, Mujica estuvo preso en cuatro ocasiones, la última estuvo preso durante catorce años, de 1972 a 1985, cuando terminó la dictadura cívico-militar. Al volver a estar en libertad, José Mujica fundó con otros exguerrilleros el Movimiento de Participación Popular para participar en la política electoral, a través del Frente Amplio, una coalición de izquierdas uruguayas.
A partir de ahí, Mujica participó en diversos cargos públicos; en 1994 fue diputado federal, en 1999 fue senador, y en 2005 se integró al gobierno del presidente Tabaré Vázquez, como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca. Posteriormente, Mujica se convirtió en presidente de Uruguay por el Frente Amplio con 52% de los votos.
José Mujica adquirió notoriedad internacional por impulsar la total legalización de la cannabis, en la que el Estado se encargaría de la producción, distribución y supervisión del consumo de la marihuana, y por sus afiladas críticas al paradigma prohibicionista y securitario en el consumo de drogas.
Además, José Mujica llamó la atención de la prensa internacional por su modo de vida austero, prácticamente incomparable con cualquier presidente a nivel global. Mujica rechazó vivir en la residencia oficial durante su mandato y siempre ha vivido en una charca (una pequeña propiedad) a las afueras de Montevideo, conduce personalmente un Volkswagen azul del año 1987 que se volvió característico de su personal, rechazó usar corbata incluso en actos oficiales y ha impulsado un pensamiento estoico de crítica al consumismo, en el que sostiene que la libertad consiste en no tener ataduras y no poseer más que lo necesario.