Michigan, Wisconsin, Georgia, Arizona, Carolina del Norte, Nevada y Pensilvania son los siete entidades clave, llamadas “estados bisagra”, que inclinarán la balanza para definir la elección presidencial de Estados Unidos, que se llevará a cabo el próximo 5 de noviembre, entre la candidata demócrata, Kamala Harris, y el candidato republicano, Donald Trump.
A partir de los estudios de opinión pública y la historia electoral, se considera que los demócratas tienen ganados los estados de California, Nueva York, Nueva Jersey, Illinois, Hawái, Oregón, Washington, Minesota, Colorado, Nuevo México, Massachusetts, Virginia, Maryland, Delaware, Rhode Island, Connecticut, el Distrito de Columbia, Nuevo Hampshire, Vermont y Maine.
Mientras que es considerado que los republicanos ganarán en Texas, Florida, Ohio, Tennessee, Kentucky, Indiana, Carolina del Sur, Missouri, Kansas, Luisiana, Alabama, Dakota del Norte y Dakota del Sur, Wyoming, Idaho, Iowa, Arkansas, Alaska, Oklahoma, Misisipí, Utah, Virginia Occidental, Montana, Nebraska y el segundo distrito de Maine.
De confirmarse esta tendencia prevista, los demócratas tendrían asegurados 225 votos del Colegio Electoral y los republicanos tendrían 219. Para ganar la Presidencia se necesita asegurar más de 270 votos electorales, de los 538 que hay en total, por lo que los votos de los estados restantes, no asegurados por ninguno de los dos partidos, son fundamentales.
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Los estados de Michigan, Wisconsin y Pensilvania eran considerados estados seguros para los demócratas, hasta la elección de 2016, cuando Donald Trump arrebató al Partido Demócrata los votos de estas entidades, al apostar fuertemente al voto rural y de la clase trabajadora. En la elección de 2020, Joe Biden recuperó los votos de estos estados tradicionalmente asociados a los demócratas, pero para estas elecciones Trump ha vuelto a apostar fuertemente por estas entidades.
Michigan aporta 15 votos electorales, Wisconsin 10 y Pensilvania 19, por lo que en total suman 44 votos electorales que, de sumarse a los 225 que tendrían asegurados los Demócratas, sumarían 269 votos, con lo que faltaría un solo voto electoral para alcanzar el ansiado voto 270 que le daría la victoria de Kamala Harris.
Este escenario le da un valor particular al estado de Nebraska, que junto con Maine es de las únicas dos entidades que no todos los votos del Colegio Electoral se van al que tengan la mayoría estatal, sino que los votos se dividen por distritos. Aunque Nebraska es un estado mayoritariamente republicano, el distrito de Omaha ha votado por el Partido Demócrata antes, por lo que aunque vale otorga solo un voto para el Colegio Electoral, puede ser el sufragio decisivo para alcanzar la cifra anhelada de 270 votos que le dé la victoria a Harris.
Por otra parte, si los demócratas pierden estos Michigan, Wisconsin, el escenario lucirá favorable para Donald Trump, pero si el Partido Demócrata pierde los 19 votos de Pensilvania, la tendencia sería prácticamente irreversible, ya que no bastaría con arrebatar otro estado a los republicanos para superarlos.
Otros estados clave son Georgia y Arizona, tradicionalmente votantes del Partido Republicano, pero que en 2020 votaron en su mayoría por representantes afines al Partido Demócrata, lo que inclinó la balanza sobre Joe Biden contra Donald Trump. Sin embargo, para estas elecciones los estudios de opinión muestran que los votos de estas dos entidades podrían regresar al Partido Republicano. Georgia cuenta con 16 representantes ante el Colegio Electoral y Arizona con 11.
Otro estado históricamente vinculado a los republicanos es Carolina del Norte que, aunque ha votado en 2016 y 2020 por el Partido Republicano, ha sido por pocos votos la diferencia decisiva, por lo que los demócratas han apostado que sea uno de los estados que pueden arrebatar a los republicanos y dar 16 votos decisivos.
La contraparte de Carolina del Norte para los demócratas es Nevada, un estado históricamente votante de los demócratas, pero los avances del trumpismo entre la población latina de esta entidad dan esperanza a los republicanos de poder arrebatar este bastión a los demócratas y quedarse con sus seis votos en el Colegio Electoral.