El papa Francisco, el primer líder latinoamericano en encabezar la Iglesia católica romana, falleció este lunes 21 de abril, informó el Vaticano a través de un comunicado oficial en video. Su muerte pone fin a un pontificado marcado por intentos de renovación, profundas divisiones internas y un esfuerzo sostenido por modernizar una institución anclada en tradiciones milenarias.
"A las 7:35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de la Iglesia", anunció la Santa Sede.
Jorge Mario Bergoglio fue el primer americano en ocupar la silla papal y convertirse en jefe de Estado del Vaticano, lugar que ocupó desde el 13 de marzo de 2013 hasta el día de su muerte.
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, y, antes de comenzar su camino en el sacerdocio en el seminario diocedano de Villa Devoto, se formó como técnico químico en la Escuela Técnica N° 27 “Hipólito Yrigoyen”.
En su período en Villa Devoto, Jorge Mario Bergoglio recibió educación por parte de los sacerdotes jesuitas que entonces dirigían el seminario. Posteriormente, se unió a la Compañía de Jesús, que lo envió a Chile para realizar el Noviciado, “etapa de la formación de las personas que ingresan a una orden o congregación religiosa” en 1960.
En 1961 retomó sus estudios en humanidades en el Colegio de San José en San Miguel en Argentina, de donde se tituló de la carrera de Filosofía.
A los 32 años, Bergoglio fue ordenado sacerdote y fue instruido para fungir como maestro de novicios en Villa Barilari, en la Ciudad de Córdoba. En esta tarea, impartió clases de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe.
Para 1986, fue elegido Director Espiritual y Confesor de la Compañía de Jesús y, para 1992, el Papa Juan Pablo II lo nombró como Obispo titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires.
En febrero de 2001, Juan Pablo II le asignó el título de San Roberto Bellarmino y, como gesto de su marcada austeridad, hizo un llamado a los fieles a no acudir a Roma para celebrar el nombramiento y, en su lugar, “destinar a los pobres el importe del viaje”.
Este camino en cercanía de la Santa Sede se consolidó luego de que, en 2003, durante la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano fuera designado Presidente de la Comisión Redactora del Documento Final, en la que destacó por su “capacidad de transmitir el pensamiento de la Iglesia Latinoamericana de manera clara y directa”.
Tras la renuncia del papa Benedicto XVI al pontificado, Bergoglio fue elegido el 13 de marzo de 2013 para ocupar la silla papal.
Jorge Mario Bergoglio fue autor de cerca de 12 libros, entre los que destaca La nación por construir de 2005.
El pontificado de Francisco estuvo marcado por diversos momentos emblemáticos que generaron controversia en más de una ocasión:
En 2016 se convirtió en el primer papa en reunirse con el líder de la Iglesia Ortodoxa rusa en La Habana, Cuba.
En 2019 el pontífice firmó el documento “Fraternidad humana”, con el que prometió cooperación entre cristianos y musulmanes para alcanzar la paz con el gran imán de Al-Azhar en Egipto.
Ese mismo año declaró no sólo el uso sino la posesión de armas nucleares como “inmoral” ante un monumento a las víctimas de la bomba estadounidense en Hiroshima, en Japón.
Durante su papado, Francisco promovió una visión de Iglesia más abierta, humilde y cercana a los más necesitados. Rechazó los lujos papales, optó por vivir en la residencia Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico, y utilizó símbolos de humildad como una cruz de hierro en lugar de las tradicionales de oro.
Impulsó reformas significativas dentro del Vaticano, como la modernización de la Curia romana y la promoción del papel de la mujer en la Iglesia. También pidió investigar la posibilidad de ordenar diáconos femeninos y defendió constantemente el diálogo interreligioso y la inclusión social.
Participó activamente en encuentros con jóvenes durante las Jornadas Mundiales de la Juventud en Río de Janeiro (2013), Cracovia (2016), Panamá (2019) y Lisboa (2023), reafirmando su compromiso con una Iglesia cercana a las nuevas generaciones.
Uno de los episodios más controvertidos de su vida se remonta a la dictadura militar argentina (1976–1983), cuando fue acusado de no haber protegido a los sacerdotes Orlando Yorio y Franz Jálics. Bergoglio siempre defendió su inocencia, argumentando que actuó según su conciencia en un contexto complejo y peligroso. En 2010, testificó durante más de cuatro horas ante un tribunal argentino, negando las acusaciones. Con el tiempo, logró reconciliarse con Jálics, aunque las heridas del pasado dejaron su huella.
Desde el inicio de su pontificado, el estado de salud de Francisco fue objeto de atención. En 1957, le fue extirpado parte del pulmón derecho debido a una infección. Durante su tiempo como papa, enfrentó dolencias como ciática, problemas de rodilla y fue sometido a dos cirugías importantes: una para la extirpación de parte del colon y otra por una hernia abdominal.
El papa Francisco deja un legado de apertura, compasión y valentía. Su estilo pastoral, su énfasis en la misericordia, la ecología, la justicia social y el diálogo interreligioso marcaron profundamente a la Iglesia del siglo XXI. Su amistad con líderes de otras religiones, como el rabino argentino Abraham Skorka, con quien coescribió el libro “Sobre el cielo y la tierra”, reflejó su apuesta por una fe basada en el entendimiento y la conversación.
Su partida cierra un capítulo transformador en la historia del catolicismo contemporáneo.