La Corte Suprema de Estados Unidos ratificó la validez de las deportaciones expeditas hacia países que no son el de origen de los migrantes, al eliminar las últimas restricciones judiciales que frenaban este tipo de expulsiones.
La decisión, tomada por mayoría conservadora (6–3), revoca una orden emitida por el juez federal Brian Murphy de Boston, que había bloqueado el traslado de un grupo de migrantes hacia Sudán del Sur, argumentando falta de garantías procesales y alto riesgo de daño físico.
“Al levantar la última de las medidas cautelares, la Corte despeja el camino para que el gobierno reanude deportaciones rápidas sin previo aviso ni audiencia”, señaló el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en un comunicado.
La administración Trump ha promovido esta política como parte de su estrategia migratoria más agresiva, que incluye acuerdos con países receptores alternos en África y Centroamérica.
La resolución no solo permite este traslado específico a Sudán del Sur, sino que sienta un precedente para futuras deportaciones a terceros países, incluso sin vínculos familiares, lingüísticos o geográficos con los migrantes. Además, se anula la exigencia previa de un aviso anticipado de 15 días para que los abogados defensores pudieran impugnar los traslados.