Emiliano Zapata Salazar, mejor conocido como “El Caudillo del Sur”, fue el líder de uno de los dos grandes ejércitos campesinos que, impulsados por el anhelo de realizar la reforma agraria, lucharon en la Revolución Mexicana y derrocaron contra la dictadura de Porfirio Díaz.
Nació en Anenecuilco, en el Estado de Morelos, un 8 de agosto de 1879. Fue un revolucionario mexicano símbolo de la resistencia campesina en México, estuvo al mando del Ejército Libertador del Sur, sus principales ideales giraron alrededor de la justicia social, libertad, igualdad, democracia social, respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras.
Zapata siendo campesino, sufrió la pobreza que vivía la mayor parte de la población generada por las políticas económicas y la mala distribución de la riqueza, durante el porfiriato (1876-1911).
En 1906 encabezó la rebelión contra los hacendados azucareros y en 1909 organizó la Junta de Defensa para repartir la tierra entre los campesinos.
A la edad de 30 años, se convirtió en dirigente agrario de Morelos, donde empezó a analizar documentos que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, los cuales habían sido negados por las Leyes de Reforma y participa en reuniones celebradas en Villa de Ayala, que después se convertirían en el Plan de Ayala, que suponía una reforma agraria radical, “La tierra es de quien la trabaja”.
Desde 1911 hasta 1919, luchó por los derechos de las personas que padecían los estragos de la pobreza en los estados del sur de México, fue entonces cuando se alió con Pancho Villa, otro de los líderes de la Revolución mexicana.
Al proclamarse el Plan de San Luis, que ofrecía la restitución de las tierras a sus legítimos propietarios, evento que coincidió con el inicio de la Revolución, Emiliano Zapata organizó a un centenar de campesinos para exigir lo que les pertenecía.
Fue el 10 de abril de 1919 que Zapata fue engañado por Jesús Guajardo quien, con el propósito de capturarlo, le hizo creer que estaba descontento con Carranza y que quería unirse a su movimiento, le ofreció armamento y municiones para continuar con su lucha. Y es en la Hacienda de Chinameca, Morelos, al cruzar el dintel, tiradores escondidos en las azoteas, abrieron fuego contra Zapata y su escolta de cien hombres.
El legado del revolucionario de Zapata adquiere hoy plena vigencia, pues es obligación de las instituciones del sector agrario hacer respetar las leyes y defender los derechos de las mujeres y hombres del campo mexicano. Zapata fue un hombre de profundas convicciones que abogó por el derecho a la huelga y por la emancipación de la mujer.
Emiliano Zapata se convirtió en emblema de la revolución indígena y símbolo de los campesinos desposeídos. De igual manera su nombre fue tomado para dar identidad al movimiento indígena y popular más importante del México contemporáneo: el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Este honorable caudillo fue el autor de la frase: “Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillada”.
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, recordó el aniversario luctuoso del “Caudillo del Sur” durante la conferencia matutina: “Hoy es un día especial, 10 de abril, hoy recordamos el asesinato del gran dirigente campesino Zapata. Zapata es el iniciador del movimiento agrario en México, él llamó primero a su pueblo a Anenecuilco en Ayala, a tomar las armas para enfrentar a la dictadura porfirista que protegía a los latifundistas, a los grandes hacendados”.
Asimismo, recordó la época del porfiriato y la Revolución en su vertiente agraria de la revolución, así como las principales cualidades y legado de Zapata quien fue “un dirigente campesino, auténtico, cabal, íntegro, con principios”.