Orenthal James Simpson, conocido como O. J. Simpson, falleció este 11 de abril en Las Vegas, Estados Unidos, a causa de un cáncer de próstata. La exestrella de la liga de fútbol americano es recordado debido a que fue la primera persona en participar en un juicio mediatizado.
El exjugador de la NFL, quien fue absuelto en 1995 en el llamado “juicio del siglo”, se convirtió en el principal sospechoso del asesinato de su exesposa, Nicole Brown, y una amiga cercana de Simpson, Ronald Goldman, cometidos en junio de 1994.
A pesar de ser absuelto un año después de los crímenes, la sospecha de ser el autor del doble asesinato marcó de por vida la instancia personal y profesional del exjugador a quien la opinión pública de su país, y del mundo, calificandolo como “criminal” y “asesino”.
Simpson protagonizó uno de los momentos más memorables de la historia de los medios de comunicación. La transmisión de la huida de O.J., en una camioneta Bronco color blanco a través de autopista de Los Ángeles, Sucedió en junio de 1994 y obligó a que las cadenas de televisión modificaran su transmisión e incluso interrumpieran la narración de la final de la NBA con el fin de visualizar este acontecimiento.
El exjugador decidió entregarse a las autoridades para declarar en contra de las acusaciones por la muerte a puñaladas de su segunda esposa, Nicole Brown Simpson, con quien estuvo casado entre 1985 y 1992, y Ron Goldman, un camarero de 25 años. Después cambiaría de opinión e hizo que la policía lo siguiera por varios kilómetros hasta que lograron arrestarlo en su residencia varias horas después.
En el juicio que se desarrolló para esclarecer responsabilidades del doble asesinato la talla de los guantes, la cual no era correspondiente con la de Simpson, y que contenían el ADN de las víctimas y del propio O.J. fue prueba suficiente para que el caso se balanceara a su favor. Del abogado de OJ salió una reconocida frase: “If it doesn’t fit, you must acquit” (si no le quedan, deben de absolverlo).
En septiembre de 2007, el icónico jugador de la NFL fue arrestado en Las Vegas, Nevada, acusado de numerosos delitos, entre ellos robo a mano armada y secuestro. En 2008 fue declarado culpable con una pena de treinta y tres años de prisión; pero en el 2017, se le concedió la libertad condicional tras cumplir el mínimo de su sentencia y fue liberado en octubre de ese mismo año.