El 3 de julio de 1955 marca una fecha histórica en la vida democrática de México. Por primera vez, las mujeres participaron activamente en las elecciones federales para elegir a los representantes de la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión.
Esta victoria fue fruto del esfuerzo incansable de numerosas activistas que, por décadas, abogaron por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Un ejemplo de ellas, fue Hermila Galindo, una mexicana que convenció a más mujeres de luchar con ella para obtener el reconocimiento de sus derechos, pero no fue hasta 1923 que por fin se reconoció el derecho de las mujeres a votar, aunque en un principio, sólo en el estado en el que Hermila fue diputada, en Yucatán.
La reforma constitucional que permitió este avance en todo el país, fue aprobada el 17 de octubre de 1953, por el presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien promulgó las reformas constitucionales que reconocen el derecho de las mujeres a votar y ser votadas.
El impacto de esta primera votación femenina fue significativo. Aproximadamente 25 millones de mujeres fueron registradas para votar y su participación representó un paso crucial hacia la inclusión y la equidad en el proceso electoral mexicano, además como resultado de esa jornada electoral, cuatro nombres se sumaron a la lista de diputadas: Margarita García, Marcelina Galindo, Guadalupe Urzúa y Remedios Ezeta.
Este logro sentó un precedente importante para las futuras generaciones. En la historia del país, 8 mujeres han aparecido en las boletas electorales. Este año, 2024, participaron dos mujeres al mayor cargo de elección popular; y México tendrá por primera vez a una mujer presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo.
Y no solo el tener próximamente a una mujer al frente del Poder Ejecutivo es algo histórico, también el hecho de que habrá 13 mujeres gobernadoras, nueve que ya ocupaban el cargo y cuatro electas.
A 69 años de ese día, las mujeres mexicanas tenemos muchos avances que celebrar, pero aún, muchos derechos que conquistar.