El pasado 25 de julio se confirmó la detención del presunto cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada García, y del hijo de Joaquín “El Chapo Guzmán” Joaquín Guzmán López, en la demarcación de El Paso, Texas, en Estados Unidos.
Esto reinició una vez más el proceso judicial que el Gobierno de Estados Unidos abrió en el Distrito Este de Nueva York en 2009 en contra de Zambada, por lo que el Departamento de Justicia de Estados Unidos sumó a ambos líderes a la lista de personas vinculadas a proceso por las autoridades estadounidenses por su asociación con el narcotráfico, tales como Ovidio “El Ratón” Guzmán, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y Néstor Isidro “El Nini” Pérez Salas.
El Fiscal General Merrick B. Garland anunció formalmente el arresto de ambos presuntos culpables y declaró que Zambada enfrentaría cargos por lavado de dinero, delitos con armas de fuego, secuestro y conspiración para cometer homicidio así como “por liderar las operaciones criminales del Cártel [de Sinaloa] incluidas sus letales redes de fabricación y tráfico de fentanilo”.
Semanas después, en una primera audiencia que se llevó a cabo en Texas, “El Mayo” Zambada se declaró inocente de todos los cargos federales puestos en su contra, entre los cuales se encuentran:
Posteriormente, y como respuesta a la solicitud realizada por el Departamento de Justicia de EU, el acusado aceptó el pasado 05 de septiembre que su caso fuera trasladado a la Corte de Brooklyn en Nueva York. Mediante su abogado, Frank A. Pérez, Zambada declaró que “la parte demandada no se opone al traslado ni a permanecer bajo la custodia de la Corte de Justicia de Nueva York”. Por lo que, el pasado 6 de septiembre, la jueza federal Kathleen Cardone autorizó el traslado del proceso al fuero correspondiente.
Por un lado, esto implicó la suspensión del proceso judicial que ya se estaba llevando a cabo en Texas y, por otro, que Zambada sería juzgado en el mismo tribunal que fueron sentenciados “El Chapo” Guzmán y el exsecretario de Seguridad Pública de México en el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, donde deberá comparecer por 21 cargos en su contra.
Como resultado de este proceso, el Departamento de Justicia de Estados Unidos determinó que el encargado de dictaminar en este caso sería el juez federal Brian M. Cogan, mismo que dictó la sentencia de Joaquín “El Chapo Guzmán” en febrero de 2019 y que resolverá con respecto al proceso de Genaro García Luna.
Cabe destacar que el Gobierno federal requirió una detención permanente del procesado durante todo el juicio bajo el Título 18 del Código de los Estados Unidos bajo el argumento de que cuenta con vastas redes de corrupción que podrían asistir y gestionar una posible fuga.
A través del comunicado enviado el pasado 12 de septiembre, el Departamento de Justicia estadounidense también señaló que “por más de tres décadas, Ismael Zambada García ha sido una figura prolífica y poderosa del narcotráfico en el mundo y, junto con Joaquín Guzmán Loera, es uno de los más notorios y peligrosos narcotraficantes del mundo”.
En la primera audiencia, que se llevó a cabo este 13 de septiembre, el encausado compareció ante el juez magistrado James R. Cho para la lectura de cargos de una quinta acusación sustitutiva en ese distrito y se declaró inocente.
De acuerdo con el comunicado de prensa del Departamento de Justicia de Nueva York, el presunto cofundador del Cártel de Sinaloa, “ha sido acusado de ser supervisor de una conspiración multimillonaria para inundar comunidades estadounidenses con narcóticos, incluido el mortal fentanilo [...] Construyó, y durante décadas dirigió, la red de fabricantes, asesinos, traficantes y lavadores de dinero del Cártel de Sinaloa, responsables de secuestrar y asesinar personas tanto en Estados Unidos como en México, y de importar cantidades letales de fentanilo, heroína, metanfetamina y cocaína a Estados Unidos”.
Ahora, Zambada espera la dictaminación por parte del juez Brian M. Cogan y, en caso de ser declarado culpable, enfrentará una sentencia de cadena perpetua obligatoria.