Instan especialistas a generar políticas públicas contra las adiciones con perspectiva de género

De acuerdo con María Elena Medina-Mora, integrante del Colegio Nacional y coordinadora del ciclo Seminario de Estudios sobre la Globalidad-UNAM, aseguró que si bien el consumo de sustancias nocivas es menor en las mujeres “tienen mayores consecuencias y más problemas” debido a las características genéticas y socioculturales en comparación a los hombres, por lo que es importante instaurar políticas públicas contra las drogas que cuenten con perspectiva de género. 

Durante el Seminario de Estudios sobre la Globalidad-UNAM un grupo de trabajo sobre opioides hablaron sobre la vulnerabilidad de las mujeres frente al consumo de sustancias nocivas. “Retos para las políticas públicas en la atención y reducción de daños en el uso de drogas en mujeres” fue el título de la mesa, donde participaron los especialistas Silvia L. Cruz, Clara Fleiz, Jorge Villatoro, Carmen Fernández Cáceres y Raúl Martin Del Campo. 

Por su parte, Silvia L. Cruz, del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, explicó que biológicamente las mujeres tienen muy lento el tránsito gastrointestinal, la diferencia con el otro sexo puede ser de más del doble: “entre que algo entra y sale en un hombre tarda aproximadamente 44.8 horas, mientras que en las mujeres tarda 91 horas. Esto favorece el contacto con la superficie de la absorción y de la cantidad de droga que llega a los tejidos”. Agregó que la distribución también es diferente, ya que “las mujeres tienen menos agua y más grasa que los hombres. Por lo tanto, la misma cantidad de alcohol está más concentrada en mujeres que en hombres”. En cuanto al consumo de nicotina, detalló que las mujeres tienen un consumo más frecuente y con mayor riesgo a desarrollar complicaciones cardiovasculares.  

Otro factor a resaltar es el estrés, detalló que “las mujeres presentan una mayor avidez por reanudar el consumo de drogas frente a situaciones de estrés, éste las induce a una hiperactividad del sistema límbico asociado con las emociones e impulsos”.  

Entre otros datos, especificó que las mujeres son más vulnerables a los efectos de las drogas en comparación con los hombres, pues se estima que tarda cuatro años menos en desarrollar dependencia a las drogas y siete años menos al alcohol en comparación al sexo masculino. Cabe destacar que en el último año el consumo de los hombres de 18 a 34 años es mayor que el consumo de 12 a 17 años; mientras que, las mujeres son al revés, ya que las de 12 a 17 años consumen más que las de 18 a 34 años. 

Además, esto se acrecienta por el bajo acceso a los tratamientos, aunado al rechazo social, incluyendo sus círculos y relaciones cercanas. “El consumo masculino de sustancias en la adolescencia temprana sigue siendo estrechamente asociado con el machismo y sus expectativas de involucrarse en el abuso de drogas. Y las ideas sobre la feminidad pueden seguir estando fuertemente asociadas con el matrimonio y la procreación, roles muy valorados dentro de la cultura mexicana que desalientan el consumo de sustancias”, destacó.   

Aunado a ello, Carmen Fernández Cáceres, de los Centros de Integración Juvenil, refirió que solo 17 millones de personas que consumen drogas en el mundo tienen acceso a tratamiento y menos del 20% de esta cifra son mujeres. Agregó que, partir de 2021 hubo un aumento de atención en personas del sexo femenino, por lo que aproximadamente una mujer es atendida por cada dos hombres. 

Detalló que una de las barreras para acceder a tratamiento son las interpersonales, que tienen que ver con los problemas familiares, de pareja y de su rol como cuidadoras. Además, aseveró que “faltan servicios de atención específicos para mujeres. Los programas y modelos de atención, los terapéuticos, incluso la farmacoterapia se ha basado más en estudios en hombres que en mujeres y se han ido adaptando poco a poco”. 

Por su parte, Jorge Villatoro, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, expuso que en México la población femenina entre los 10 y 17 años ha mostrado el mayor incremento en el consumo excesivo de alcohol y drogas. “Las niñas y jóvenes muestran pautas de comportamiento, actitudes e intenciones conductuales importantes que permiten desarrollar e implementar prevención. Dicha prevención debe implicar el apoyo para que establezcan metas saludables a corto, mediano y largo plazo”, puntualizó.

Con información del Colegio Nacional.