El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, calificó como falsa la nota del diario The Wall Street Journal que afirmaba que su gobierno enviaría misiles de largo alcance a Ucrania para apoyar ataques contra posiciones rusas. Además, confirmó que su reunión con Vladímir Putin en Budapest queda suspendida.
Este martes 22 de octubre, a través de Truth Social, Trump aseguró que Estados Unidos “no tiene nada que ver con esos misiles, provengan de donde provengan, ni con lo que Ucrania haga con ellos”. También señaló que los misiles utilizados por Ucrania son de origen europeo.
Por su parte, The Wall Street Journal publicó este miércoles 22 de octubre que la administración Trump habría levantado una restricción clave sobre el uso, por parte de Ucrania, de algunos misiles de largo alcance proporcionados por aliados occidentales, lo que permitiría a Kiev intensificar los ataques contra objetivos dentro de Rusia y aumentar la presión sobre el Kremlin, según afirmaron funcionarios estadounidenses.
Esto ocurre tras una nueva escalada de tensión entre Rusia y Estados Unidos, donde además el mandatario estadounidense desairó la futura reunión con el presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin. Ambos habían sostenido una llamada el pasado 16 de octubre en la que coincidieron en la necesidad de poner fin al conflicto bélico en Ucrania.

Un día después, el 17 de octubre, Trump recibió en la Casa Blanca al presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Durante un almuerzo ejecutivo, ambos reafirmaron su intención de colaborar para alcanzar el fin de la guerra en el país del Este de Europa.
Sin embargo, Zelenski solicitó a Trump el envío de misiles de crucero Tomahawk, valuados en 2.5 millones de dólares cada uno, con el objetivo de atacar posiciones rusas. Trump, aunque calificó a los misiles como “armas maravillosas”, rechazó la petición argumentando que apostaba por una resolución pacífica del conflicto en lugar de intensificar los combates. Además, aseguró que “Putin sí quiere la paz”, en contraste con las declaraciones de Zelenski, quien lo negó tajantemente.
El ministro de Exteriores de Ucrania señaló, tras el encuentro entre Trump y Zelenski, que Rusia ya no cuenta con una estrategia de ataque y que Ucrania apostará por una resolución basada en la fuerza, subrayando la necesidad de mantenery adquirir los ataques con misiles.

Según The New York Times, Trump insistió a Zelenski en que entregara parte del territorio oriental de Ucrania (el Donbás) para detener el conflicto, pero el mandatario ucraniano rechazó la presión.
El martes, los aliados de Ucrania en Europa emitieron una declaración conjunta en la que afirmaron: “Las tácticas dilatorias de Rusia han demostrado, una y otra vez, que Ucrania es la única parte seria en pos de la paz. Todos podemos ver que Putin sigue optando por la violencia y la destrucción”.

El comunicado fue respaldado por Keir Starmer, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez y otros líderes europeos.

La “larga llamada” con Putin, el 16 de octubre, abordó el tema de una posible reunión (sin fecha confirmada) entre Putin y Trump en Budapest, Hungría. Sin embargo, las tensiones entre Moscú y Washington enfriaron las esperanzas del encuentro.
Donald Trump declaró este miércoles que no quiere una “reunión desperdiciada”, tras la suspensión del plan para mantener conversaciones cara a cara con su homólogo ruso, Vladímir Putin, sobre la guerra en Ucrania.
El presidente estadounidense afirmó el martes 21 de octubre que un punto clave del conflicto sigue siendo la negativa de Moscú a cesar los combates en el frente actual.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que la idea se había planteado en varias ocasiones, pero que “la coherencia de la postura rusa no cambia”, en referencia a la exigencia a Moscú de la retirada completa de las tropas ucranianas de las regiones orientales en disputa.
Trump y Putin se reunieron en agosto pasado en Alaska, pero sin avances significativos sobre el conflicto ucraniano, por lo que Trump busca evitar nuevos encuentros infructuosos.
Finalmente, de igual manera, el Departamento del Tesoro de EE. UU. informó este 22 de octubre que impuso sanciones económicas a las dos mayores petroleras de Rusia: Rosneft y Lukoil. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, confirmó que la medida, respaldada por Trump, se adoptó “ante la negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido en Ucrania”. Trump aseveró que las sanciones no duren demasiado en tanto se ponga fin a al guerra.
La construcción del nuevo salón de baile en la Casa Blanca, impulsada por Trump, ha generado controversia debido a su alto costo y al proceso de demolición del Ala Este del edificio. El proyecto, valorado en 250 millones de dólares, es financiado con donaciones privadas de empresas como Amazon, Google y Lockheed Martin, lo que ha suscitado preocupaciones sobre posibles conflictos de interés y la influencia de los donantes en las políticas federales.
Críticos, incluidos líderes demócratas, expertos en ética e historiadores, cuestionan la necesidad de este proyecto y su impacto en la integridad histórica de la Casa Blanca. A pesar de las críticas, la administración Trump defiende la iniciativa como una modernización necesaria para eventos oficiales y asegura que no se utilizarán fondos públicos para su financiamiento.