La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) dio a conocer nuevas imágenes del objeto interestelar 3I/ATLAS, un cometa de origen natural que, según los análisis preliminares, podría ser más antiguo que el propio sistema solar.
Con la publicación del material, la agencia descartó especulaciones sobre un posible vínculo con tecnología artificial o una nave extraterrestre.
El objeto fue examinado mediante más de una docena de instrumentos, entre ellos los telescopios espaciales James Webb y Hubble, así como satélites en órbita alrededor de Marte.
A pesar de su apariencia borrosa, las imágenes muestran rasgos característicos de un cometa, una nube de gas y polvo alrededor del núcleo y una cola bien definida.
Los científicos consideran que 3I/ATLAS proviene de un sistema solar más antiguo que el nuestro, formado hace aproximadamente 4,500 millones de años. "No es solo una ventana a otro sistema solar, es una ventana al pasado remoto, tan remoto que incluso precede a la formación de nuestra Tierra y nuestro Sol", señaló Tom Statler, científico principal de la NASA.
Asimismo, especialistas destacaron diferencias químicas en comparación con cometas locales. "Vino de un entorno diferente al nuestro y ya estamos apreciando diferencias muy interesantes con respecto a los cometas de nuestro sistema solar", afirmó Nicola Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
La difusión del material se retrasó por el cierre de gobierno en Estados Unidos, lo que dio pie a rumores sobre el hallazgo de vida más allá de la Tierra.
El cometa fue identificado en julio por el sistema de telescopios ATLAS, ubicado en Chile, luego de que astrónomos detectaran una trayectoria inusual que sugería un origen en una región aún no identificada. "Es natural preguntarse qué es. Nos encanta que el mundo se haya preguntado junto con nosotros", expresó Fox.
3I/ATLAS es el tercer objeto interestelar detectado en las inmediaciones del sistema solar, después de 1I/‘Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019. Aunque la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio descartó un origen extraterrestre para este cometa, mantiene activa la búsqueda de vida en otros mundos.