El Gobierno de México adquirió el cien por ciento de la empresa productora “Exportadora de Sal, S.A. de C.V.”(Essa), la cual había sido propiedad del conglomerado “Mitsubishi” hasta este 24 de febrero.
El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la ceremonia en donde la empresa, con sede en Mulegé, Baja California Sur, fue nacionalizada. El mandatario aseguró que “Ahora queremos dejar a salvo este patrimonio de todos los mexicanos para que no se corra ningún riesgo porque la privatización no ha ayudado a México, privatizar es sinónimo de corrupción, eso es lo que significó la política neoliberal por mucho tiempo”.
La secretaria de Economía, Raquel Buenrostro Sánchez, presente en esta ceremonia, explicó que este día, tras 70 años, la Exportadora de Sal es nacionalizada como parte del proyecto de transformación. Hasta hoy el Estado mexicano tenía una participación estatal mayoritaria del 51 por ciento y el resto de las acciones pertenecían a la empresa japonesa Mitsubishi.
El Gobierno de México invirtió mil 500 millones de pesos a fin de adquirir las acciones de la compañía extranjera. De esta forma, se mantiene una participación del 25 por ciento del Servicio Geológico Mexicano y del 75 por ciento por parte del Fideicomiso de Fomento Minero, es decir, se convierte en una entidad paraestatal al 100 por ciento.
En el evento se realizó la firma de convenio por la nacionalización de la “Exportadora de Sal S.A. de C.V.”, a cargo de la directora de Crédito, Finanzas y Administración del Fideicomiso de Fomento Minero, Martha Laura Bolivar Meza y el representante legal de Mitsubishi, Nakaba Aoyagi.
La exportadora de sal cuenta con una producción superior a los 8 millones de toneladas anuales y una alta calidad de sal, “capaz de abastecer a la industria de la región Asia-Pacífico y Costa Este de América del Norte. Además, tiene capacidad para recibir y cargar barcos de hasta 180 mil toneladas”, señaló la titular de la Secretaría de Economía.
Finalmente, el presidente López Obrado recordó que México tiene finanzas públicas sanas por no permitir la corrupción ni los lujos en el gobierno. Además, mantiene niveles máximos históricos en la creación de empleos bien remunerados, la llegada de inversión extranjera y la apreciación del peso mexicano en relación con el dólar.