El número de víctimas por el devastador terremoto de magnitud 7,7 en Myanmar continúa en ascenso, mientras los equipos de rescate trabajan contrarreloj para atender la emergencia. El gobierno militar informó que al menos mil 644 personas han muerto, miles han resultado heridas y decenas permanecen desaparecidas.
El sismo ocurrió al mediodía del viernes, generando múltiples réplicas, una de ellas de magnitud 6,4. La devastación ha sido extensa, afectando la infraestructura, las telecomunicaciones y los servicios básicos en varias regiones, incluida Yangón, la ciudad más grande del país.
Diversos países han respondido enviando equipos de socorro y ayuda humanitaria:
El Gobierno de Unidad Nacional en la sombra de Myanmar, opositor al régimen militar, anunció un alto el fuego unilateral de dos semanas en las zonas afectadas para permitir la llegada de ayuda humanitaria. Su ala armada, la Fuerza de Defensa del Pueblo, pausará operaciones ofensivas desde el domingo.
Por su parte, la ONU ha destinado 5 millones de dólares a los esfuerzos de emergencia y trabaja en coordinación con diversas organizaciones para brindar asistencia a los damnificados.
En Tailandia, el terremoto se sintió con fuerza en Bangkok, causando la muerte de al menos 10 personas.
La situación en Myanmar sigue siendo crítica, con cientos de miles de personas afectadas y comunidades enteras lidiando con la destrucción dejada por el sismo.