El 13 de julio de 2008 el diario estadounidense The New York Times publicó el artículo titulado "La larga guerra de Genaro García Luna", en el que halagó al entonces secretario de Seguridad Pública de la administración de Felipe Calderón al calificarlo como un prodigio en temas de seguridad. 16 años después el ‘Súper policía’ fue condenado a 38 de años de prisión por cinco cargos, cuatro de ellos por narcotráfico, pero el New York Times no se ha retractado de los calificativos que obsequió a García Luna.
El artículo del 2008 destacó el rápido ascenso de García Luna que lo llevó a encabezar la Agencia Federal de Investigación (AFI) a sus escasos 30 años y lo retrató como “un hacedor en un mundo de habladores”, un funcionario determinante y decidido a implementar cambios profundos en el sistema policial federal y local que ya destacaba por su corrupción y negligencia, característica que continuó en el AFI de García Luna, institución que se hundió frente a múltiples denuncias por abuso de autoridad, montajes y fallos operativos.
En 2024 García Luna fue sentenciado por participación en una empresa criminal continua, conspiración internacional para la distribucipón de cocaína, conspiración de distribución y posesión de cocaína y conspiración de importación de cocaína. No obstante, el artículo lo alabó como un líder incorruptible, comprometido con purgar las fuerzas de seguridad, una figura central en la recuperación del control y legitimidad de instituciones de seguridad locales que, según el propio exfuncionario citado en el artículo en cuestión, habían sido “abandonadas”, por lo que el secretario se disponía a tomar “medidas drásticas” para ubicar y desarmar policías sospechosos de corrupción. “García Luna no dudaría en tomar decisiones difíciles”, aseguraba el diario.
Para The New York Times, la escalada de violencia en México en ese momento era interpretada como una consecuencia derivada de la respuesta frontal del Gobierno mexicano contra los cárteles de la droga y no como una fatal consecuencia a una estrategia de seguridad mal empleada y corrupta.
La narrativa del diario no deja espacio a los cuestionamientos y se decanta por enaltecer sistemáticamente las virtudes de García Luna como un funcionario que, en teoría, luchaba por la reestructura y fortalecimiento institucional. Esta situación se hace evidente cuando, ante los cuestionamientos de la sociedad civil por posibles pactos entre el gobierno y el crimen organizado, el diario destaca la negativa y molestia del exsecretario:
La mera sugerencia de negociación enoja a García Luna. ‘Mire, le digo que no vamos a pactar con nadie’, dijo. ‘Tenemos la obligación de enfrentar al crimen. Ese es nuestro trabajo, ese es nuestro deber, y no consideraremos un pacto’.
La transición democrática del año 2000 se presenta en la nota como una etapa en la estrategia gubernamental en donde la negociación con los cárteles de la droga cambia tras el cambio de gobierno, dejando una especie de vacío que, se sugiere, quedó "desprotegido" con la llegada de Vicente Fox a la presidencia.
En ese sentido, Genaro García Luna sobresale en la nota como una figura central en la lucha contra el crimen organizado y en contra de estas tendencias que lo llevó a ocupar altos cargos en el ámbito de la seguridad nacional. Su enfoque se centró en desarticular las estructuras de poder de los principales cárteles, incluyendo a los Arellano Félix, el Cártel del Golfo e incluso el de Sinaloa.
Con tintes de enaltecimiento concluye la nota haciendo hincapié en la determinación de Genaro García Luna por combatir el narcotráfico mientras se mencionan los asesinatos de policías cercanos al exsecretario. “Esta ha sido mi vida (…) He sido elegido para vivir esto”, citan en la nota.
García Luna fue detenido en Texas, Estados Unidos, en 2019. Se le congelaron 17 cuentas bancarias tras varias indagaciones sobre la recepción de sobornos por el “súper policía” desde el año 2005, un año antes de encabezar la Secretaría de Seguridad Pública.