Miles de cubanos tomaron las calles de Santiago de Cuba, Bayamo, Granma y otras zonas de ese país caribeño, este 17 de marzo, en protesta por la escasez de alimentos y los cortes de energía de las últimas semanas.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel denunció que los "enemigos de la Revolución" plantean usar las expresiones de inconformidad por la situación del servicio eléctrico y la distribución de alimentos con "fines desestabilizadores". Asimismo, aseguró que las recientes manifestaciones son “acciones contra el orden interior del país” que provienen de “terroristas radicados en Estados Unidos”
Sin embargo, el mandatario aseguró que tanto las autoridades del Partido Comunista Cubano, como del Estado y del Gobierno están atendiendo los reclamos del “pueblo”, y que ya se realizan “numerosas gestiones para mejorar la situación.”
Por su parte, la Embajada de Estados Unidos en Cuba instó al Gobierno cubano a "respetar los derechos humanos de los manifestantes y atender las necesidades legítimas del pueblo cubano".
Ante esta declaración, la viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal, manifestó que es “cínico y despreciable pedirle al gobierno de Cuba que satisfaga las necesidades de su pueblo, cuando el gobierno de Estados Unidos lleva más de 60 años aplicando un cerco brutal” que priva a las y los cubanos de lo esencial.