La Casa Blanca informó este miércoles que está considerando una posible extensión del plazo previsto para julio respecto a la aplicación de nuevos aranceles más altos a productos provenientes del extranjero, en el marco de su estrategia de protección económica y comercial.
"Quizás se pueda extender, pero esa es una decisión que le corresponde al presidente", declaró la portavoz Karoline Leavitt a periodistas cuando le preguntaron si está previsto prolongar la pausa en los aranceles más altos anunciada en abril.
El anuncio se produce en medio de crecientes tensiones comerciales y presiones de diversos sectores industriales que han advertido sobre posibles efectos inflacionarios si se aplican los aranceles en los tiempos originalmente previstos.
Diversos grupos empresariales, en especial del sector tecnológico y automotriz, han cabildeado activamente en Washington para frenar o retrasar la entrada en vigor de los nuevos aranceles, argumentando que podrían incrementar costos operativos y afectar cadenas de suministro ya debilitadas por conflictos globales.
Sin embargo, los aranceles también forman parte de una estrategia geopolítica frente a potencias como China, acusada por Estados Unidos de prácticas comerciales desleales y subsidios encubiertos.
Se espera que una decisión final sobre los plazos se anuncie en las próximas semanas, aunque funcionarios cercanos al tema han sugerido que la Casa Blanca podría optar por una implementación gradual o una segmentación por sectores.