El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la situación humanitaria en la Franja de Gaza sigue siendo “crítica” y que el nivel de hambruna y desnutrición “no ha remitido”, a pesar de que el cese al fuego entró en vigor el pasado 10 de octubre.
“La ayuda alimentaria es significativamente baja”, alertó el funcionario durante una conferencia de prensa este 23 de octubre, al señalar que de los 600 camiones de ayuda humanitaria acordados, solo entre 200 y 300 están entrando al territorio, y muchos de ellos son envíos comerciales. “Mucha gente no puede permitirse comprar nada”, subrayó.
Aunque la llegada de suministros ha mejorado ligeramente desde el inicio del alto al fuego, el representante de la OMS en Cisjordania y Gaza, Rik Peeperkorn, recordó que el paso de Rafah permanece cerrado, así como otros corredores internos necesarios para trasladar asistencia hacia el norte de la Franja, donde la situación es aún más grave.
Las cifras humanitarias son alarmantes: 411 gazatíes han muerto por malnutrición este año, entre ellos 109 niños, de los cuales 89 eran menores de cinco años. Además, unas 600,000 personas siguen enfrentando niveles severos de inseguridad alimentaria.
La crisis va más allá del hambre. Según la OMS, el conflicto ha dejado 170,000 heridos, incluidos más de 5,000 amputados y 3,600 personas con graves quemaduras. Casi 42,000 personas requieren atención médica prolongada o rehabilitación, 4,000 mujeres dieron a luz en condiciones de alto riesgo y un millón de habitantes necesitan apoyo en salud mental.
Asimismo, 14 de los 36 hospitales de Gaza han suspendido sus operaciones por daños o falta de recursos.
Tedros recordó que la OMS ha diseñado un plan de 60 días para restablecer parcialmente los servicios sanitarios en la Franja, con un costo estimado de 45 millones de dólares. Sin embargo, advirtió que reconstruir completamente el sistema de salud gazatí requerirá al menos 7,000 millones de dólares.