El Sindicato de Periodistas de la Agencia France-Presse (AFP) lanzó una alerta urgente sobre la crítica situación humanitaria que enfrentan sus colaboradores en la Franja de Gaza, quienes, sin apoyo inmediato, “corren el riesgo inminente de morir”.
En un comunicado fechado el 21 de julio, la agencia de noticas denunció que un equipo conformado por una redactora independiente, tres fotógrafos y seis videorreporteros continúa operando en Gaza desde la retirada del personal permanente en 2024. Son, según el sindicato, de los pocos que aún pueden informar desde el enclave, al que la prensa internacional tiene restringido el acceso desde hace casi dos años.
Uno de ellos, Bashar, colaborador desde 2010 y fotógrafo principal desde 2024, alertó el 19 de julio mediante una publicación en redes sociales: “No tengo fuerzas para seguir trabajando. Mi cuerpo está demacrado y ya no puedo más”. Vive desde hace más de un año entre ruinas, en condiciones extremas, junto a sus hermanos, tras perder su casa en Gaza. Su hermano menor, según reportó, murió de hambre días antes.
Las condiciones para todos los periodistas son críticas. No hay acceso a alimentos, agua ni combustible. La escasez de efectivo y los altos costos del cambio de divisas (hasta 40 % de comisión) agravan aún más la precariedad. La movilidad es casi imposible: sin vehículos disponibles ni gasolina, los reporteros se trasladan a pie o en carretas tiradas por burros, arriesgando ser blanco de ataques aéreos.
Ahlam, otra colaboradora de AFP, narró que cada vez que abandona su tienda de campaña para cubrir una historia teme no regresar con vida. Confirmó que el principal problema es la falta de comida y agua potable.
La agencia subraya que sus periodistas, en su mayoría jóvenes, están al límite físico y emocional. “Ya no tienen fuerzas. Sus llamados de auxilio son diarios”, lamenta el sindicato, que denunció que podrían recibir la noticia de una muerte en cualquier momento. Bashar escribió a uno de sus colegas: “Quisiera que el presidente Macron me ayude a salir de este infierno”.
Ahlam, por su parte, aún resiste: “Aquí, resistir no es una opción: es una necesidad”, afirmó.
Desde su fundación en 1944, AFP ha perdido reporteros en zonas de conflicto, pero el sindicato aseguró que nunca antes un colaborador había muerto de hambre o abandono. El comunicado finaliza con un llamado urgente a las autoridades, organizaciones humanitarias y a la comunidad internacional para intervenir de inmediato y salvar la vida de quienes hoy son los últimos testigos de lo que ocurre en Gaza.