El 24 de febrero de 2022 comenzó uno de los conflictos bélicos más sangrientos del Siglo XXI, la guerra entre Rusia y Ucrania, hoy, a dos años su estallido, hacemos un recuento para entender la actualidad de lo que ocurre en la zona y hacer memoria de los 10 mil civiles inocentes que han perdido la vida y de los 6.5 millones que han sido obligados a ser desplazados.
Ucrania es un país que formó parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), sin embargo, en 1991 se independizó tras la caída del socialismo real. Durante las últimas décadas, Ucrania se trató de acercar a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), organización europea formada para hacer un contrapeso a la URSS en la posguerra, cuestión que nunca ha sido bien vista por Rusia, quien considera hostil a la organización europea.
De hecho, en la más reciente entrevista ofrecida por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, al periodista estadounidense Carlson Tucker, el mandatario destacó la amenaza que representan los constantes acercamientos de la OTAN a Ucrania.
Dentro del territorio ucraniano han existido sectores de la población prorrusos que desean la reintegración a Rusia desde 1991, argumento que ha sido utilizado por Putin y su Gobierno para intentar anexar territorios ucranianos.
En 2014, Rusia, tras años de tensión, invadió y anexó la península de Crimea, la cual contaba con una población prorrusa sólida en las regiones de Donetsk y Luhansk. Posteriormente se hicieron una serie de referendos que legitimaron esta anexión, los cuales fueron desconocidos por Ucrania, la Unión Europea y Estados Unidos.
Para 2019 en Ucrania fue electo Volodymir Zelensky como presidente, incrementando las tensiones con Rusia ocasionando que en 2021 estallara un nuevo conflicto separatista en la región de Donbás, donde sectores prorrusos trataban de integrarse a Rusia, tras lo cual el país fue presidido por Vladimir Putin empezó a movilizar tropas a la frontera con Ucrania.
En 2022 las tensiones eran insostenibles, mientras Putin acusaba a su homologo ucraniano de ser “neonazi”, los acercamientos de Zelensky con Occidente intensificaron la inconformidad de la población prorrusa en el territorio, hasta que el 21 de febrero de ese año en Rusia se firmaron los decretos que reconocieron a las regiones de Donetsk y Luhansk como rusas, por lo que el 24 de febrero se desplegaron tropas alrededor de la región para, de acuerdo con el Gobierno de Putin, “desnazificar” el país y proteger a la población.
A partir del 24 de febrero la vida de millones de ucranianos cambio para siempre, en marzo de 2022 Rusia reclamó el control de la ciudad de Jersón y ocupó gran parte de Zaporiyia, donde se encuentra la principal central nuclear de Ucrania. Ante este éxito, los rusos intentaron llegar a Kiev, sin embargo, no tuvieron éxito, por lo que se replegaron en la región Oriental de Donbás, el centro industrial más importante del país.
Durante marzo y abril de 2022 comenzaron a aparecer cientos de cadáveres de civiles en las calles y las fosas comunes comenzaron a llenarse. El 8 de abril se dio a conocer de un ataque con misiles rusos a una estación de trenes que dejó más de 50 muertos civiles. El 13 de abril, misiles ucranianos hundieron el buque Moskva en el Mar Negro.
Se libraron intensas batallas por la estratégica ciudad portuaria de Mariúpol, en el Mar de Azov, y los ataques aéreos y los bombardeos de artillería rusos reducen gran parte de ella a escombros.
En mayo de 2022 las tropas ucranianas comenzaron a verse cada vez más mermadas por la dinámica beligerante, resultando en el rendimiento ucraniano en el complejo acerero Azovstal, lo que permitió que Rusia tuviera el poder de un corredor terrestre que abarca desde su frontera a Crimea.
Ante el crecimiento de la amenaza rusa, Finlandia y Suecia presentaron su solicitud formal para integrarse a los trabajos de la OTAN, cuestión que fue rechazada por el Gobierno de Putin, quien decretó dejar de exportarles energía.
Este tipo de medidas complicaron el transporte y suministro de alimentos, por lo que, en julio de 2022 Ucrania, Rusia, Turquía y la Organización de las Naciones Unidas llegaron a un acuerdo para garantizar la seguridad de las exportaciones de Ucrania a través del Mar Negro, con lo que resuelve momentáneamente la amenaza de una crisis alimentaria mundial.
En diciembre de 2022, tras una serie de intercambios de ataques, Zelensky viajó a Estados Unidos y se reunió con el presidente Joe Biden para fortalecer su frente unido contra la invasión de Rusia, donde el presidente estadounidense aprobó el envío de otra batería antimisiles a Ucrania.
Sin embargo, Estados Unidos no es el único país que apoya abiertamente a Ucrania, en enero de 2023 Francia y Alemania también enviaron armamento para mitigar los ataques rusos en ciudades ucranianas.
Este tipo de apoyos incrementó la molestia de Putin con los países de Occidente, por lo que el 20 de febrero de 2023, a un año del inicio del conflicto y tras la visita de Joe Biden a Kiev, Vladimir Putin anunció que Rusia suspendió su participación en el tratado Nuevo START, de control de armas nucleares, firmado con Estados Unidos.
Tras un año de conflicto, las intervenciones extranjeras han incrementado la inconformidad de Putin y su Gobierno, por lo que los ataques continúan y las tensiones políticas se hacen cada vez más notorias.
Otro de los momentos que han marcado el conflicto fue cuando en marzo de 2023 el presidente ruso anunció el despliegue de armamento nuclear a Bielorrusia, país vecino de Polonia, quien es aliado y proveedor de Ucrania, lo que incrementó las tensiones solo solo en la región, sino en todo el panorama internacional.
En junio de 2023 se vivió uno de los episodios más caóticos en Ucrania luego de que alrededor de 42 mil personas se pusieron en riesgo por las inundaciones en el Oblast de Jersón, al sur del país, luego de que la presa Nova Kakhovka, la cual atraviesa el río Dniéper, una zona en disputa, situación que obligó la evacuación de al menos 17 mil personas.
En abril de 2023, Rusia logró tomar la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, comité encargado de mantener la paz y la seguridad internacional, cuestión que fue sumamente cuestionada por el mundo, incluso Zelenski publicó un video asegurando que esto era “una vergüenza”.
Ante esto, la OTAN aceptó la entrada de Finlandia al foro, país que, pese a históricamente ser neutral, solicitó su entrada a la organización militar. Con la entrada del país nórdico, la Alianza se consolidó en el Báltico y el Ártico, además de sumar un ejército bien dotado ya que, de acuerdo con datos del Gobierno de Finlandia, cuentan con 61 mil efectivos y 176 mil personas movilizadas, aunado a una defensa cibernética fuerte y claro, se duplicó la frontera entre los aliados de Estados Unidos y Rusia.
En un momento que marcó al mundo, Putin, en entrevista con Tucker, detalló el conflicto desde la perspectiva histórica, y habló sobre la posibilidad del fin de este, donde dejó claro que no se vislumbra el fin del conflicto, acusó a Estados Unidos de financiar opositores a su Gobierno y armar a las tropas de Ucrania.
“Estamos a miles de kilómetros de distancia entre Rusia y EUA. Tienen problemas en su frontera, problemas con la migración, problemas con la deuda nacional de 33 billones de dólares. ¿No tienen nada mejor que hacer que luchar en Ucrania?”, expresó Putin.
Además, calificó a Zelensky como “neonazi”, y advirtió que en Ucrania se ha convertido a “nazis en héroes nacionales”.
“Tienen el derecho en ser un pueblo aparte, pero no con base en el nazismo”, sostuvo
Putin aseguró que sí le interesa arreglar el conflicto mediante el diálogo, sin embargo, aseveró que esto ya ha sido intentado por su Gobierno, sin éxito. Apuntó que, por petición de Estados Unidos, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, prohibió negociar con Rusia.
Lo que ha sido definido por especialistas por “un choque de etnias, economías e intereses políticos”, ha cobrado la vida de más de 10 mil civiles, aunado a los más de 6.5 millones han sido obligados a dejar sus hogares.
Especialistas, jefes de Estado de todo el mundo, organizaciones civiles y las víctimas han advertido que si este conflicto continúa podría, además de debilitar la región, ocasionar una crisis sin precedentes, es importante recordar que Rusia suministra a gran parte de Europa y Asia de bienes y servicios de primera necesidad.
Hoy, a dos años del estallido, lo único seguro es que el fin no está cerca.