Lo que no tiene el PAN

La derecha en México está en una crisis de la que no ha salido desde 2018 y parece no entender por qué están ahí. 

Es una crisis tan profunda que los ha llevado a darse golpes en la pared una y otra vez, y si bien son la segunda fuerza política de México, su falta de congruencia y temor a aceptar su naturaleza los hace débiles ante el pueblo y las derechas del mundo entero.

Dicen que la historia se debe recordar para no cometer los errores del pasado y creo que esa frase encaja a la perfección en la crisis del PAN. El nacimiento de este partido, está ligado a la expropiación petrolera y a la manifestación de una clase media alta y alta que trabajaba para los empresarios petroleros que se vieron afectados por la decisión del Gral. Lázaro Cárdenas. 

Por eso resulta increíble que desde su nacimiento, en el 89, se presentaron como una alternativa extremadamente ligada a la religión y opositora a todos los ideales posrevolucionarios, hoy salgan con que están preocupados por la equidad salarial, los feminicidios, las causas feministas, la pobreza y hasta los enfermos de cáncer que no tienen recursos para comprar medicinas. Pero lo más preocupante es que hay quién se los cree.  

Abramos un poco más los ojos de aquellas mentes despistadas que se dejan envenenar por el canto de estas sirenas de terror. 

Si los panistas se preocupan por los niños que tienen cáncer y su falta de tratamientos, es porque ellos tienen la empresa que monopolizó la venta de medicamento. 

Si los panistas se preocupan por los feminicidios, es porque ellos quieren tener el control de las armas y las fuerzas armadas para decidir a quién proteger y a quién dejar ir por la libre (para ejemplo, véase el caso García Luna). 

Si los panistas están preocupados por la pobreza, es porque quieren que el gobierno rescate a las empresas privadas usando el mismo cuento que si se les da a ellos el recurso, lloverá hacia los de abajo creando empleos y derrama económica. Después de más de 30 años de usar esa política económica, tenemos más que pruebas vivientes que refutan la lógica en esa teoría. 

Si los panistas se preocupan por las feministas, es porque creen que así pueden manipularlas para hacer el trabajo sucio que ellos no quieren hacer en contra del gobierno. 

Si los panistas se preocupan por la equidad salarial, es porque quieren controlar las leyes para saber exactamente donde poder romperlas. (Véase el caso de la reforma laboral de 2008 que le abrió las puertas al Outsourcing y dejó a una generación entera sin posibilidad de hacerse de un patrimonio propio). 

Podría seguir con prácticamente cada una de las “causas” que defienden los panistas, porque en realidad la motivación detrás de su defensa a esa causa, no es el derecho humano o el sentido de servir, al contrario, es el sentido de servirse. De acrecentar sus arcas y exprimir al estado bajo las reglas de oferta y demanda.

Los panistas creen que el pueblo es un mercado al que pueden ofertar al mejor postor y que de alguna manera solo los fuertes saldrán adelante. El problema en su lógica, es que no toman en cuenta los derechos, la vida, y la responsabilidad de entregar las herramientas necesarias para que ese pueblo tenga la oportunidad de luchar por una mejor vida. 

Para eso también hay una razón. El panista no quiere que el pueblo tenga herramientas para luchar porque no quiere repartir el pastel entre más personas. Se lo quiere quedar completo para él y sus amigos. A los que traicionaría si es que existe la mínima posibilidad de llevarse más para su bolsillo.

Cualquiera que vea la historia se dará cuenta de lo que en realidad defiende el PAN pero, siendo brutalmente honestos, el problema no es que representen al empresariado, a las causas religiosas o incluso que representen los intereses de los inversionistas extranjeros. El problema es la hipocresía con la que le mienten al pueblo, pues saben que si llegaran a aceptar su realidad en público, más de la mitad de los mexicanos que actualmente votan por ellos, se echaría para atrás. 

El PAN quiere lucrar con las causas de izquierda porque en México y sobre todo en América Latina saben que abogar por el empresario antes que el trabajador, es prácticamente un suicidio político. 

Lo que el PAN no entiende, es que en estos tiempos la gente ya se da cuenta, la gente ya abrió los ojos y muchos otros están en ese proceso. Hoy lo que no tiene el PAN es argumento, narrativa y causas propias por las que luchar y eso tarde o temprano va a cavar su tumba. 

Tan solo vean los perfiles que mueven en las encuestas para hacer ruido contra la 4T, ahí está el caso de Lilly Téllez, quien hace el trabajo sucio del PAN para no tener que hacerlo ellos mismos y seguir jugando las cartas de la indignación y la victimización. Siempre es más fácil quemar a la traidora que no es bien recibida ni en su estado, que aceptar la realidad, y perder votos en el proceso.