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  • 30 Jan 2025
  • 19:01
  • SPR Informa 6 min

Lo que le pasó a Hawái

Lo que le pasó a Hawái

Por Javier Portugal .

Bad Bunny rompe récords en redes sociales y plataformas multimedia con su nuevo álbum DeBÍ TiRAR MáS FOTos. En menos de un mes del estreno, los 17 temas de este nuevo material del “Conejo Malo” se han colocado en los primeros lugares de las canciones más reproducidas a nivel global. El reguetón, la salsa y otros ritmos latinos, ensamblaron piezas que más allá de poner a bailar y a cantar a las masas, llevan en sus letras un poderoso mensaje político de la situación en Puerto Rico y de la arremetida imperialista orquestada desde Estados Unidos para América Latina y el Caribe, y para el mundo en general.

El proceso creativo que inspiró este álbum parte de reformular el reguetón y dotarlo de registros que condensan las frustraciones y los anhelos de varias generaciones de boricuas que gradualmente se han sentido desplazados por las decisiones tomadas por todas las administraciones que han gobernado siguiendo las directrices del gran capital y del establishment de Washington. El sentido de pertenencia, la preservación de las formas culturales y el orgullo puertorriqueño son los principales ejes de esta conversación musical.

Colocar a Puerto Rico en el mapa y en las discusiones del círculo rojo no ha sido fácil para las personas y organizaciones que han pugnado por la soberanía y la independencia de este país. Sí, en pleno 2025 PR sigue siendo una colonia de Estados Unidos bajo el eufemismo de “Estado Libre Asociado”. De la mano de cantantes y artistas de talla mundial, se ha podido posicionar esta coyuntura en la agenda internacional. Aunque en términos generales, este debate es por demás invisibilizado y desatendido.

Haciendo un poco de historia, Hawái y Puerto Rico tienen un punto de encuentro hacia finales del siglo XIX en el marco de la guerra hispano-estadunidense,cuando el entonces presidente norteamericano William McKinley tuvo en sus manos el control de la negociación y la cesión de diversos territorios con la firma del “Tratado de París”, instrumento suscrito en 1898 y que suponía la rendición de España en el continente americano. Con este tratado y con la resolución “Newlands”, Estados Unidos aprovechó la oportunidad de establecer dominio político en Puerto Rico, Cuba, Filipinas, y de anexar a Hawái.

Durante el siglo XX, tanto Filipinas (1946) como Cuba (1959) encontraron la ruta para sacudirse el predominio de Estados Unidos. Por otra parte, Hawái fue anexado como territorio de ultramar en el mismo año del triunfo de la Revolución Cubana, y Puerto Rico obtuvo en 1952 el estatus jurídico en el que actualmente se encuentra la isla bajo el yugo del gobierno de Washington.

Han pasado más de 125 años de la entrada en vigor de aquellos tratados y resoluciones, producto de la sed expansionista, el hambre colonial y los delirios imperiales que no han cesado en la Oficina Oval de la Casa Blanca. En los últimos días observamos cómo los actos que acompañaron la asunción del presidente Donald Trump se convirtieron en una flagrante declaración de guerra económica y de narrativa supremacista sobre los países de América Latina. Además de las órdenes ejecutivas en materia migratoria, el mandatario no reparó en declarar que le cambiará el nombre al Golfo de México y que “recuperará” el Canal de Panamá.

Respecto al Gran Caribe, Trump restableció la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo, y del caso Puerto Rico ni hablar, será una administración más que inhibirá la participación de colectivos que buscan que esa isla sea una República independiente. Recordemos que desde 1940 existe un rechazo de la élite norteamericana establecida en San Juan por las expresiones independentistas, al grado de prohibir hablar sobre ello y exhibir la bandera puertorriqueña.

Es en este contexto que llega el nuevo álbum de Benito Antonio Martínez Ocasio (Bad Bunny), que más allá de las pretensiones sonoras, hace un alto en el camino para propagar por medio del reguetón consciente, el orgullo de la cultura y la nacionalidad puertorriqueña, sin soslayar todas las dificultades que sufre la isla.

Frente a los mensajes de carácter fascista que han tenido resonancia en las últimas semanas, el potencial de los ritmos latinos, en particular del reguetón, creado por artistas de un territorio asediado por Estados Unidos, añade una función aleccionadora para hacer conciencia de la importancia de la unidad latinoamericana e impedir que a nuestros pueblos les suceda lo que le pasó a Hawái.