Recién en esta semana han declarado diversos personajes centrales del poder judicial federal sus negativas contra la reforma judicial del presidente AMLO. Las diversas mesas y foros en las que han participado para dialogar sobre la reforma no están acercando a varios de los principales liderazgos del PJF con dicha reforma. Incluso parece que se han mostrado dispuestos a confrontar.
Diversos actores políticos han mostrado en estos días que no son pocas las probabilidades de una confrontación entre poderes. Las principales renuencias provienen de miembros del poder judicial. Incluso parece que escala el conflicto.
Desde luego hay que comenzar con las declaraciones del ministro Luis María Aguilar que demuestra su desconocimiento de los sistemas políticos modernos, ciencia política, teoría del Estado, del derecho administrativo, entre otros, al ironizar que también se debería de votar por los secretarios de Estado. El ministro tiene total desconocimiento de los que es un sistema presidencial, de la administración pública centralizada y de las facultades del presidente de nombrar a los titulares de las secretarias. Preocupa en manos de quien ha estado la interpretación constitucional y resolución de casos trascendentales para la vida pública nacional. Vaya, hay veces que en la corte tiene que resolver conflictos competenciales entre autoridades, y el ministro muestra su ignorancia a la menor provocación. Cabe señalar que nada tiene que decir de su nepotismo del que ha beneficiado a su hija dentista para laborar en la corte o sus contantes evasivas de resolver algunos de los juicios de amparo de Ricardo Salinas Pliego, y los medios no lo cuestionan, algunos hasta lo promueven, como el intento de revista Abogacía.
Otra muestra de intransigencia es la carta enviada por jueces y magistrados a la candidata electa Sheinbaum donde rechazan la reforma judicial. Vale le pena resaltar que señalan que no son políticos. Pues se equivocaron de destinatario, debieron enviar la carta a la ministra presidente Piña, que con mucha facilidad tiene acercamientos con líderes políticos como las reuniones que ha tenido con líderes políticos como lo fue la reunión que tuvo con Alito Moreno del PRI y magistrados del TEPJF y que se llevó a cabo en la mansión del ministro Alcántara Carranca; o los mensajes donde chantajea a los mismos magistrados o al senador Alejandro Armenta. No se consideran políticos pero les encanta actuar como los peores, y eso que no consideran que sus salarios y prestaciones son más un uso patrimonial del Estado y para el enriquecimiento.
Asimismo, justo se hacen presentes las exigencias del presidente AMLO y de la candidata electa Sheinbaum a la ministra Piña por la reunión mencionada. La ministra solo ha usado el silencio y ha apostado por el olvido ya que jamás se pronunció ante el reportaje que reveló dicho encuentro y a las confirmaciones de Moreno y de los magistrados invitados.
Por otro lado, se han realizado cínicas y desvergonzadas defensas a la oposición por varios de sus voceros en los medios al señalar que hay un abuso del partido Morena por la sobrerrepresentación. Vale la pena analizar dicho desfiguro en una próxima columna. Mientras tanto los inconformes con el éxito electoral de Morena hacen todo lo posible por exhibirse y ridiculizarse para evitar la reforma judicial. Otro capítulo de varios que habrá.