La oposición en México también lleva a cabo su proceso interno de «elección» rumbo al 2024, sabemos que todo lo que hacen es simulación, nos lo han demostrado por muchos años. De ese lado —la derecha— siempre se ha acostumbrado el dedazo, esta vez toca que la oligarquía dé visto bueno a la candidata o candidato del frente amplio conservador, porque son quienes patrocinan esa alianza, gana terreno el poder económico a falta de liderazgo político en la coalición del PRIAN.
Hace unas semanas el cuadro favorito de los conservadores para intentar competirle a morena era la señora X. Gálvez, quien se colgó de AMLO para tener reflectores, como ya es su costumbre; sin embargo, no tardó en caerse ese intento porque como le apuestan a la desinformación y a la desmemoria no contaban con que el pueblo de México tiene claro que la señora X. es una corrupta de primera, sus tranzas en la alcaldía Miguel Hidalgo son ampliamente conocidas, ella es parte del cártel inmobiliario de la Ciudad de México.
Ahora, el frente opositor comienza a considerar a la senadora priista Beatriz Paredes —en mi humilde opinión, siempre lo he dicho, el mejor cuadro del PRI—, es una mujer muy inteligente, con un buen discurso, elocuente, diplomática, con basta trayectoria política, pero rotundamente priista, así que por más capaz que ella sea, pertenecer al PRI la vuelve cómplice de trágicos crímenes de Estado, el ADN de ese partido político es la total corrupción, así que no importa lo competente que pueda resultar la senadora, siempre será servidora y miembro importante de la mafia del poder. En mi rancho le llaman «engañabobos» a ese tipo de perfiles que pueden engañar solo por hablar muy bien, por hablar bonito. En este contexto, en este momento no podrán engañar al pueblo, porque el pueblo mexicano es mucha pieza.
El bloque conservador busca lavarse la cara usando —así, tal cual, del verbo usar— a mujeres que portan huipil, a ver si se le olvida a la ciudadanía que esa alianza es profundamente racista, machista y, además, que son ladrones de cuello blanco, son los mismos que saquearon nuestro país por décadas.
Quizá las nuevas generaciones no conozcan a la señora Paredes Rangel, pero pueden buscar y en su amplia trayectoria siempre ha sido encubridora de políticos impresentables como por ejemplo del mismísimo Salinas de Gortari.
Parece que se volvió una moda «ser de izquierda», —derivado del gobierno popular de AMLO— así que ahora el discurso político nacional lleva ese enfoque, por lo tanto, los perdedores de la alianza prianista quieren decirle al pueblo de México que ya cambiaron, aunque evidentemente eso no es verdad, solo fingen con el deseo de recuperar el poder político que perdieron a partir de 2018, espero que no vuelvan, porque lo hicieron terrible cuando tuvieron el poder. México merece seguir progresando, seguirse transformando.