Argentina, el triunfo del olvido

Javier Milei es el nuevo presidente de Argentina, contra todos los pronósticos que auguraban una elección ajustada, el candidato de La Libertad Avanza logró una ventaja de poco más de 12 puntos porcentuales. Con ello, Argentina tiró 40 años de democracia al cesto de la basura y comienza a caminar por la cuerda floja con el miedo de que Milei cumpla sus promesas de campaña: Desaparecer las pensiones de los adultos mayores, privatizar la educación, quitar los subsidios al transporte, prohibir el aborto, limitar los derechos de la comunidad LGBTIQ+ y exonerar a quienes cometieron crímenes durante la dictadura.

Este último apartado es el que más preocupa, lo libertarios (mismo nombre que usaron los golpistas que derrocaron a Perón) buscan cambiar la narrativa que parecía consensuada por el pueblo argentino, la del “Nunca Más”. Victoria Villaruel, futura vicepresidenta, desciende de un linaje militar. Hija, sobrina y nieta de militares que estuvieron en activo durante los peores años de la represión, ha propuesto olvidar las penas impuestas durante los juicios del 85 e indemnizar a los militares por considerarlos ser víctimas de las guerrillas que lucharon contra ellos. 

Milei que se ha puesto en el aparador como la última novedad, no es más que la regresión a los tiempos obscuros. Pero su victoria no puede sacarse de contexto, ni deslegitimarse, por el contrario, debe ser puesta en análisis por el riesgo que representa para las libertades. Cómo es que personajes como Milei, encuentren un lugar para que más de 10 millones de personas se identifiquen con sus ideas.

Definitivamente el Kirchnerismo falló en otorgarle a la población oportunidades, en transparentar sus operaciones, en quitarse el fantasma de la corrupción que pesaba sobre Cristina Fernández y su familia. Se quedaron en el discurso, pero una sociedad con el 142% de inflación necesita respuestas. Además, resulta poco entendible que la izquierda no previera el riesgo de poner a Sergio Massa como candidato, quien dirigió durante el último año la economía nacional. 

El impacto de las nuevas redes sociales es otro que amerita análisis, Milei fue un candidato de Tik-Tok, y para muchos de los usuarios que “scrolleban” esa red, sobre todo para los que no contaban con conocimiento político, encontraron en él a un amante de los perritos con un discurso disruptivo. Con ello se refleja el riesgo de las nuevas comunicaciones como instrumento político para perder la sustancia y encumbrar lo carismático 

Otra causa es el olvido de las nuevas generaciones, millones de argentinos que fueron a las urnas el pasado fin de semana, no vivieron la dictadura, no fueron aventados en aviones de la ESMA, ni les toco que sus hijos recién nacidos les fueran robados y vendidos, tampoco les toco que les desaparecieran una hermana o a su madre. En su desmemoria, no midieron las consecuencias de su voto de castigo contra el peronismo. Como dice la canción de Bersuit Vergarabat, el grupo bonaerense, abiertamente de izquierda “por eso  no hay que olvidarse y a veces hay que parar que de tanto galopar, el polvo suele engañar y el caballo desbocarse”.