Una vida entre culturas: Brian Nissen

Para el pintor y escultor anglomexicano, Brian Nissen, la apreciación del arte no es algo gratuito, es algo que debe estudiarse y entenderse para que pueda gozarse, además, requiere de un esfuerzo y una comunicación a través de los sentidos, debido a que, de acuerdo con él, no sólo es el lenguaje estético el que habla, también es la comunicación de ideas a través de un proceso de autocrítica.

Para mí el mal artista es el que no duda en lo que está haciendo, porque todo proceso es de autocrítica. Si uno no duda, entonces no está funcionando.

Brian Nissen nació en Londres, donde comenzó a trabajar desde los 18 años dibujando para revistas y periódicos de la industria de la moda, y para agencias de publicidad en Holanda, Alemania, Francia e Inglaterra, tres años más tarde decidió que quería hacer arte con sus dibujos.

Yo decidí ser artista, nunca dudaba porque desde muy joven, desde niño, dibujaba todo el tiempo, entonces yo no tenía duda de que iba a ser artista.

Durante su estancia en París, Nissen leyó el libro Bajo el volcán de Malcolm Lowry, el cual menciona que le despertó el deseo de visitar México para empezar a formarse “verdaderamente como artista en México”.

Me gusta vivir entre culturas.

LA INSPIRACIÓN PREHISPÁNICA

Brian Nissen llegó a México en 1963 sin conocer el idioma, específicamente a San Miguel de Allende, Guanajuato, sin embargo, tenía la convicción de estudiar el verdadero arte ya que, a pesar de haber estudiado en la Escuela de Artes Gráficas de Londres y posteriormente en la Escuela de Bellas Artes de París, consideraba que dichas instituciones eran “malísimas” porque los maestros trataban de imponer su idea de estética a los estudiantes, y para él lo más importante al momento de estudiar arte es lo que pasa entre los estudiantes.

El arte se aprende por la experiencia, haciéndolo, viéndolo, visitando museos, leyendo mucha historia de arte.

Tras año y medio de trabajar en Guanajuato, Nissen se mudó a la Ciudad de México donde comenzó a rodearse de artistas, debido a ello, no sólo encontró el amor, como él menciona, sino que también comenzó a entender y conocer el arte prehispánico, lo cual le marco en su quehacer artístico profundamente.

Lo que yo entendí del arte prehispánico cambió mi concepto de lo que es una obra de arte, me encuentro con piezas que no están hechas por su idea de estética, sino son objetos rituales muy significantes, como la escultura de la Coatlicue.

De acuerdo con el artista, México tenía una cultura artística que “no seguía modas” como en otros países, “tenían personalidad y voz propia”, lo cual veía reflejado en las esculturas prehispánicas, las cuales veía como “objetos dotados de poderes y de comunicar con otra gente”.

COMUNICANDO ARTE

La primera exposición de Brian Nissen fue en galerías de Antonio Souza y posteriormente en Pecanins, allí conoció a su esposa, Montserrat Pecanins la cual acudía a diversas tertulias que se realizaban en la capital del país, donde se reunían músicos, bailarines, cantantes y pintores.

Durante su trayectoria ha realizado exposiciones en; Museo de Arte Moderno, Museo Tamayo y Palacio de Bellas Artes en México; el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; la Galería Whitechapel de Londres; el Museo el Barrio y la City University, ambas en Nueva York.

Además, entre sus esculturas públicas resalta el mural escultórico El Mar Rojo para el Centro Magen David, Katún para la Universidad Autónoma Metropolitana, la escultura y fuente en el Paseo de la Reforma, todas en la Ciudad de México; y la Cascada para la Alameda en Chihuahua