Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió en la primera mujer Presidenta Constitucional de México este 1 de octubre, después de 214 años de República y 65 mandatarios varones y tras su toma de protesta se suma a la lista que se jefas de Estado en el mundo.
“¡Las mujeres podemos ser Presidentas! Y con ello, hago una respetuosa invitación a que nombremos Presidenta con ‘A’, así como decimos: jueza, abogada, científica, ingeniera con ‘A’ porque nos han enseñado que lo que se nombra, existe, y lo que no se nombra, no existe”, mencionó Sheinbaum Pardo en su discurso cuando celebró su constancia como Presidenta electa el pasado 15 de agosto.
Además de Sheinbaum, otras mujeres en el mundo han roto el ‘techo de cristal’ y dirigen naciones:
Actualmente, solo 26 países son dirigidos por mujeres y los otros 113 países restantes nunca han tenido una mujer en la jefatura de Estado o de Gobierno, y aunque, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), este 2024 se consideró como “un histórico año electoral”, la representación femenina sigue siendo insuficiente. Este panorama resalta la exclusión de las mujeres de los puestos de poder en un contexto donde el número de naciones lideradas por mujeres es aún limitado.
Según datos de ONU Mujeres, solo el 23% de los puestos ministeriales están ocupados por mujeres, y en 141 países, estas representan menos de un tercio de los ministros, además de que en siete naciones no se tiene a ninguna mujer en sus gabinetes, lo que evidencia una marcada desigualdad en la toma de decisiones.
Aunque las mujeres suelen liderar carteras relacionadas con género, familia y asuntos sociales, los sectores como economía, defensa, justicia y asuntos del interior continúan dominados por hombres, lo que limita la diversidad de perspectivas en la gobernanza.
Cabe señalar que la violencia política contra las mujeres sigue siendo un grave obstáculo, la cual no solo vulnera los derechos humanos de las mujeres, sino que crea un entorno hostil que desincentiva su participación en política, limitando su capacidad para contribuir plenamente a la sociedad y a los procesos de toma de decisiones.
En la región de América Latina, la reciente toma de protesta de Claudia Sheinbaum como Presidenta de México, representa un avance significativo en la representación femenina.