El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, fue condenado a pagar una multa de 10 mil 800 euros por agresión sexual. Sin embargo, fue absuelto del delito de coacciones en el caso del beso no consentido a la futbolista española Jenni Hermoso. La pena impuesta es significativamente menor a la solicitada por la fiscalía.
El Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional (España) dictaminó que Rubiales deberá pagar una multa durante 18 meses a razón de 20 euros diarios. Además, se le prohibió acercarse a Hermoso a menos de 200 metros y comunicarse con ella durante un año. La sentencia fue anunciada este jueves 20 de febrero a través de un comunicado oficial.
Según el fallo, la decisión podrá ser recurrida ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Durante el juicio, la fiscalía había solicitado una pena de dos años y medio de prisión para Rubiales, argumentando que el beso fue una agresión sexual no consentida y que hubo presiones sobre la jugadora.
Jenni Hermoso reiteró en el juicio que el beso fue impuesto sin su consentimiento y que se sintió "poco respetada". También relató las numerosas veces que fue presionada por la RFEF para minimizar el incidente. Su testimonio se convirtió en un emblema de la lucha contra el sexismo en el deporte.
Rubiales, en su defensa, aseguró ante el tribunal que estaba "totalmente seguro" de que Hermoso consintió el beso. Argumentó que su comportamiento fue inapropiado, pero no delictivo. Su abogada solicitó su absolución, alegando que no existió intimidación ni coacciones.
Junto a Rubiales, fueron juzgados Jorge Vilda (exentrenador), Rubén Rivera (exresponsable de Marketing de la RFEF) y Albert Luque (exdirector de la selección española), acusados de coacciones. Sin embargo, el tribunal los absolvió de estos cargos al no encontrar pruebas suficientes para condenarlos por dicho delito.
El caso Rubiales cobró relevancia a nivel internacional y propició debates sobre la violencia sexual en el deporte. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, destacó que la sentencia confirma que "cuando no hay consentimiento hay agresión", respaldando el testimonio de Hermoso.
Rubiales también enfrenta una investigación por presunta corrupción y contratos irregulares en la RFEF, incluyendo el acuerdo para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudita. Su caso fue el detonante del movimiento #SeAcabó, que busca visibilizar el sexismo en el deporte.