Se complica la llegada de ayuda internacional a Siria tras el sismo

Más de 23 mil muertos y 82 mil heridos son las cifras, aún preliminares, del terremoto que sacudió a Turquía y Siria la madrugada del pasado 6 de febrero con 7.8 grados de intensidad en la escala Richter.

La ayuda internacional se ha hecho presente, en el caso de México se han enviado brigadistas a ayudar, quienes han logrado rescatar al menos a 3 personas con vida de entre los escombros, sin embargo, no toda la ayuda ha sido bien recibida por parte de los mandatarios de los países afectados, Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía, y Bashar Al-Ásad, presidente de Siria.

El caso de Siria es preocupante, además de las bajas civiles, se estima que al menos 11 millones de habitantes se han visto afectados por el terremoto, así lo informó el representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Siria, El-Mostafa Benlamlih.

El terremoto no es lo único que aqueja al país árabe, es importante contextualizar que la guerra civil que se vive en dicho país ha generado desde hace 12 años una crisis humanitaria que volvió vulnerable a la población.

El-Mostafa Benlamlih mencionó que se trata de “una guerra sobre otra guerra” ya que “se han perdido todos los logros que se tenían en el territorio sirio”. Se especula que al menos 100 mil personas han quedado sin hogar únicamente en Alepo y que solo 30 mil de estas han conseguido refugio.

Por otro lado, las relaciones internacionales de Siria no son las óptimas, el Gobierno de Bashar Al-Asad es apoyado por Rusia e Irán, siendo aislado del resto de la comunidad internacional, sin embargo, pese a esta coyuntura política países de occidente han enviado apoyo al país árabe. Los suministros que han llegado están en la zona controlada por el Gobierno en Damasco.

La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock demandó este martes que la ayuda no está llegando a las víctimas debido a que se encuentra en manos del Gobierno, temiendo que el acceso a los suministros sea usado para castigar a los hostiles del régimen de Bashar Al-Asad.

“Todos los actores internacionales, incluida Rusia, deberían aprovechar su influencia sobre el régimen sirio para que llegue la ayuda humanitaria destinada a las víctimas", mencionó Baerbock.

Guerra civil en Siria

La guerra civil es un conflicto que comenzó tras las protestas contra el régimen de Bashar Al-Ásad (quien sucedió en el 2000 a su papá, Háfez al-Ásad, en el 2000) en 2011 después de enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas del país y la oposición, la cual esta integrada por el Consejo Nacional Sirio (SNC), las fuerzas kurdas y varios grupos de islamistas.

El tema de la guerra ha sido mundial debido a la intervención de aliados estratégicos y su oposición, como Estados Unidos, quien abiertamente declaró que armó a esta oposición y que después estás armas fueron utilizada contra el Gobierno.

Como ya lo hemos mencionado Rusia e Irán, así como agrupaciones chiitas como Hezbolá, han sido los principales aliados del Gobierno sirio en su lucha contra el llamado Estado Islámico, con intervenciones militares dentro del territorio árabe.

Este contexto es el que complica el apoyo de algunos países hacia la población siria por lo que la ONU ha puesto énfasis en la necesidad de no abandonar a las víctimas.