Un juez federal de Estados Unidos extendió, este 6 de marzo, un bloqueo que impide a la administración del presidente Donald Trump congelar cerca de 2 mil millones de dólares en subvenciones y préstamos destinados a organizaciones de ayuda internacional.
El juez John McConnell, principal juzgador del Distrito de Rhode Island, otorgó una orden de restricción preliminar en respuesta a la demanda presentada por casi dos docenas de estados demócratas que impugnaron la orden de Trump de pausar el gasto federal para apoyos internacionales.
En su fallo, McConnell sostuvo que el poder ejecutivo estaba intentando colocarse por encima del Congreso, lo que “socava los distintos roles constitucionales de cada rama de nuestro gobierno”. Además, subrayó que la administración de Trump no presentó ninguna autoridad constitucional o estatutaria que respaldara la congelación categórica de fondos.
Los estados demandantes argumentaron que numerosos programas siguen a la espera de fondos federales o de claridad sobre si el dinero será entregado. La demanda señaló que “los estados han presentado docenas de declaraciones que ilustran los efectos de la congelación indiscriminada e impredecible de los fondos federales”, lo que afecta las operaciones gubernamentales estatales y limita su capacidad para ofrecer servicios esenciales.
El fiscal general de Rhode Island, Peter Neronha, criticó la medida de Trump, acusándolo de “socavar el estado de derecho en favor de un poder ejecutivo ilegal a través de sus órdenes ejecutivas”. También enfatizó que los estadounidenses pagan impuestos esperando que el Congreso los asigne a programas que mejoren su calidad de vida y calificó la congelación de fondos como “destructiva”.
Entre los programas afectados destacan aquellos destinados a financiar energía solar en vecindarios de bajos ingresos, subsidios para calentadores eléctricos de agua en hogares de ingresos moderados y subvenciones para reducir emisiones de gases de efecto invernadero.
Cabe recordar que la Casa Blanca justificó la medida argumentando que la pausa en la financiación permitiría garantizar que los pagos se alinearan con la agenda de Trump, que prioriza aumentar la producción de combustibles fósiles, eliminar protecciones para personas transgénero y poner fin a iniciativas de diversidad, equidad e inclusión.
Este fallo sigue a la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos del pasado 5 de marzo, que rechazó la solicitud del gobierno de Trump para mantener congelados miles de millones de dólares en ayuda exterior previamente aprobada por el Congreso. El juez Amir Ali ya había ordenado en febrero que parte de esos fondos continuaran fluyendo temporalmente, pero los demandantes denunciaron que la administración de Trump desobedeció esa orden y mantuvo el bloqueo.
La política de Trump de recortar drásticamente el gasto en ayuda exterior ha sido una constante desde el inicio de su segundo mandato, argumentando que busca alinear la política internacional con los intereses nacionales. Como parte de esa estrategia, en febrero ordenó la reestructuración de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), transfiriendo su control al Departamento de Estado, con el secretario de Estado, Marco Rubio, como director interino.
Incluso, las redes sociales y la página web de USAID fueron desactivadas, y su sede en Washington fue precintada con cinta amarilla. Trump declaró recientemente que “Estados Unidos ha sido estafado durante demasiado tiempo” y que reducir la ayuda exterior es clave para frenar el crecimiento de la deuda nacional.
Aunque el fallo no obliga de inmediato a liberar los fondos congelados, podría provocar nuevos retrasos en la financiación de programas internacionales de ayuda, aumentando las tensiones entre la administración de Trump y los estados demandantes.