Más de 200 militantes del Partido Republicano que trabajaron para el presidente George Bush, y los senadores John McCain, y Mitt Rommey, todos de este mismo partido, declararon su apoyo a la campaña presidencial de Kamala Harris, candidata a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata.
El pasado 26 de agosto, a través de una carta firmada por 238 abogados que trabajaron para los últimos presidentes republicanos y más de 200 antiguos empleados que trabajaron para los líderes republicanos tradicionales, señalaron que ven en Trump “a un populista que supone una amenaza para la democracia”.
Durante la Convención Demócrata, de la semana pasada, republicanos críticos del expresidente Donald Trump pronunciaran discursos en los que aseguraron que “votarán por la vicepresidenta Kamala Harris y el gobernador Tim Walz este noviembre".
A través del escrito difundido por los trabajadores del Partido Republicano, críticos de Trump, señalan que el enfoque de Trump en política exterior también plantea “amenazas a los movimientos democráticos en el extranjero” e instaron a quien no se ha sumado a sus filas a que "adopten una postura valiente una vez más, que voten por líderes que lucharán por el consenso, no por el caos; que trabajarán para unir, no dividir.
Las deserciones en el Grupo del Partido Republicano se han extendido en las últimas semanas, luego de que Kamala Harris aceptó ser la candidata oficial del Partido Demócrata, reflejando así una ruptura con el conservadurismo tradicional del Grand Old Party (GOP), como se conoce también al Partido Republicano.
El portavoz de la campaña de Trump, Steven Cheung, señaló en un comunicado que la carta es "hilarante porque nadie sabe quiénes son estas personas". Además, aseguró que “preferirían ver al país arder antes que ver al presidente Trump regresar con éxito a la Casa Blanca para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande".
Por su parte, los integrantes clave del Partido Republicano que no decidieron sumarse a las filas de Trump se han distanciado completamente de su campaña.
George W. Bush no se presentó a la Convención Nacional Republicana de este año, mientras que y McCain, poco antes de su muerte en 2018, había asegurado que no podría apoyar a Trump.
Romney, por su parte, votó dos veces para condenar a Trump en sus juicios de destitución, y ha denunciado repetidamente al expresidente, a quien ha asegurado que se encuentra poniendo en peligro el futuro del país.