Jimmy Carter, el 39.º presidente de los Estados Unidos, murió este 29 de diciembre en su residencia de Plains, Georgia, a los 100 años de edad. La información fue proporcionada en primera instancia por su hijo James Earl "Chip" Carter III, y fue confirmada posteriormente por su fundación “The Carter Center”.
El presidente número 39 de los Estados Unidos ha sido reconocido no solo por su tiempo en la Casa Blanca cuando ocupó la Presidente de los EUA de 1977 a 1981, sino además por su labor humanitaria y su compromiso con los derechos humanos tras dejar el cargo.
Carter nació el 1 de octubre de 1924 en Plains, Georgia, donde, antes de ingresar a la política, Carter tuvo una carrera en la Marina de los Estados Unidos, donde trabajó como ingeniero nuclear en submarinos. Tras la muerte de su padre en 1953, regresó a Plains para encargarse del negocio familiar de cultivo de maní. Este retorno lo acercó a los problemas locales y lo inspiró a involucrarse en la política.
En 1962, fue elegido senador estatal en Georgia, y en 1970, se convirtió en gobernador del estado. Durante su mandato, se destacó por su postura progresista en temas de derechos civiles, abogando por la integración racial en una época de tensiones.
Carter llegó a la Casa Blanca en 1977 tras una campaña centrada en la transparencia y la restauración de la confianza pública tras el escándalo de Watergate. Su administración se caracterizó por su énfasis en los derechos humanos y la diplomacia internacional. Entre sus logros más destacados se encuentran:
Los Acuerdos de Camp David (1978): Facilitó un histórico acuerdo de paz entre Egipto e Israel, por el cual el presidente egipcio Anwar Sadat y el primer ministro israelí Menájem Beguín recibieron el Premio Nobel de la Paz.
El Tratado del Canal de Panamá: Negoció un acuerdo para devolver el control del Canal de Panamá a manos panameñas, fortaleciendo las relaciones con América Latina.
Políticas energéticas: Promovió el ahorro energético y la inversión en energías renovables para reducir la dependencia del petróleo extranjero.
Sin embargo, su mandato también enfrentó desafíos significativos, como la crisis de los rehenes en Irán, la inflación elevada y problemas económicos que afectaron su popularidad.
Entre las controversias que marcaron su carrera política, Carter enfrentó tensiones significativas con México. Su administración adoptó medidas para controlar la inmigración indocumentada, lo que generó fricciones con el gobierno mexicano. Además, la crisis económica y las diferencias en políticas comerciales tensaron la relación bilateral. Aunque Carter buscó reforzar la cooperación en temas fronterizos, su enfoque fue criticado por algunos sectores como insuficiente o insensible hacia las complejas dinámicas entre ambos países.
Tras perder la reelección en 1980 frente a Ronald Reagan, Carter dedicó su vida a causas humanitarias. Fundó el Centro Carter en 1982, una organización sin fines de lucro centrada en la promoción de la democracia, la mediación de conflictos y la lucha contra enfermedades prevenibles en países en desarrollo. Además, trabajó activamente con Habitat for Humanity, ayudando a construir viviendas para familias de bajos ingresos.
En 2002, Carter recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor humanitaria y su contribución a la resolución de conflictos internacionales. Su legado como expresidente ha sido reconocido como uno de los más significativos en la historia moderna.